Guy Delisle, Astiberri, 2008.
Continúo con mi inmersión en la obra de Delisle. En esta ocasión estamos en 1997 y es destinado por trabajo a una ciudad al sur de China. Es una de sus obras más tempranas y percibimos diferencias de estilo: la viñeta es más oscura, hay mucho sombreado, el trazo es más grueso y menos definido. Delisle nos habla de la incomunicación que le conduce a la soledad, de las incomprensiones cotidianas, de su trabajo como ilustrador y de la comida como única fuente de satisfacción. Se percibe que todavía no ha encontrado su tono, la lectura es más insustancial y aún no ha evolucionado a las inserciones de anécdotas combinadas con trascendencia que harán tan adictivas sus obras posteriores.
Sólo lo recomiendo para los muy enganchados a la obra del autor o para aquellos interesados en la cultura china.
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