Palmeras en la nieve, Luz Gabás, Temas de Hoy, 2012
Por aquí todos
somos bastante mitómanos, así que… ¿quién no recuerda a la gran Meryl Streep en
Memorias de África?. Pues Palmeras en la nieve va en esa línea.
Ésta es la primera
obra de Luz Gabás, conocida hasta ahora sólo en el ámbito oscense (por ser
alcaldesa de Benasque, entre otras cosas). Con ella quiere rendir un homenaje a
su padre, y a tantos otros hombres (40.000), que en los años 60 dejaron las
montañas de Huesca por Guinea en busca de un mejor futuro económico.
Es una novela
exótica donde conocemos la historia de Jacobo y Kilian, dos hermanos que
pasaron casi 20 años cultivando cacao, conviviendo con los nativos, conociendo
sus costumbres y a veces aprovechando su condición de “colonizadores”. Ni el
calor, ni las duras condiciones de trabajo, ni las largas temporadas lejos de
casa, ni siquiera las diferencias culturales fueron motivo suficiente para no
llorar el día que volvieron. “África se te mete dentro”, les dijo alguien…y era
verdad. Nunca volvieron a ser los mismos lejos de las palmeras, de las mujeres
bubis y de…de todo lo que dejaron allí.
Clarence, hija y
sobrina de ambos, nunca ha visitado la isla, pero podría describirla. Ha
crecido con sus historias, con los recuerdos… ¿con todos?. A partir de un
inofensivo trocito de papel, que encuentra casi por casualidad, empezará a
comprender que no todo es como se lo han
contado, y no parará hasta descubrir la parte de la historia de la que nadie
quiere hablar.
Sin duda es una
novela de contrastes, dos épocas, dos continentes, dos hombres y dos maneras de
enfrentar la vida.
Una de las virtudes
de estas 700 páginas es que te atrapan casi desde el principio, con
descripciones detalladas, palabras dialectales, mucha plasticidad, un ritmo
pausado que acelera sólo de vez en cuando, y la imagen recurrente del anuncio
del Cola Cao (perdón, pero es que leyendo me venía la cancioncilla
constantemente)
Desde luego que la
historia es bonita, entretenida, y si se me permite, hacía falta que alguien
(aún queriendo honrar a su padre) diese su lugar tanto a los colonizados como a
los blancos que explotaban sus posesiones. No hablo de buenos o malos, sino de
personas que, condenadas a convivir, sufrieron y disfrutaron juntos, mezclados.
Dicen de la autora
que es la nueva María Dueñas. Comparten editorial, el tono dulzón de sus
historias, pero en lo que he visto de ambas, una usa más la intriga casi
policíaca y la otra tira más del recurso de las grandes haciendas de los
culebrones sureños. Eso sí, pronto las veremos en la pequeña pantalla de la
mano de Antena3 Producciones.
“Yo soy aquel
negrito, del África tropical, que cultivando cantaba….”
Muy bonita
Virginia
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