domingo, 6 de septiembre de 2015

Memorias de un hombre de madera.

Andrés Ibáñez, Menoscuarto, 2009.

Esteban, un ebanista solitario, se interesa por un anuncio de un periódico donde se convoca a "Los buscadores de la Montaña". Así conocerá a un variopinto grupo de personas dirigido por un Sabio argentino, donde se reflexiona sobre la nostalgia de infinito y la necesidad de ser conscientes de cada acción. A Esteban le gusta hacer relojes de cuco y juguetes de madera, y comer y charlar con su vecino, el librero comunista Sabino. 
Hasta aquí, un interesante texto que mezcla sencillez y profundidad.
A partir de aquí, un giro considerable en el argumento ahonda en el pasado de Esteban, por qué es tan solitario, qué camino elige para el futuro.
Hay entre ambas partes temáticas un hilo tan fino que a mí me ha parecido flojo, quizá porque la primera parte me ha gustado mucho más que la segunda. Qué necesidad había de convertir esta historia en un relato de ciencia ficción, a mí se me escapa, aunque el premio que había ganado hacía presagiar que este giro estaba a la vuelta de la esquina.
Me gustan los textos de Andrés Ibáñez. Está pendiente de publicar la entrada sobre "Brilla, mar del Edén", novela que ha ganado el Premio de la Crítica y que es uno de los libros más interesantes que han caído en mis manos este año. Por este motivo recomiendo este texto, aun cuando, en mi opinión, el final hace que la obra pierda interés.

miércoles, 27 de mayo de 2015

La chica del tren

Paula Hawkins, Planeta, 2015.
Narrado en primera persona por varias voces femeninas que se van alternando, la estructura del libro se construye sobre dos pilares: un narrador no fiable y la dosificación cuidadísima de la información, de ahí que incluso un resumen muy básico del argumento pueda suponer un patinazo que reste interés. Intentaré ser breve para evitar desvelar nada, pero no es uno de mis fuertes.
Rachel toma todos los días el tren de las 8.04. Mira por la ventana e imagina la vida de aquellos que habitan las casas que contempla: les imagina nombres, vidas… y son para ella familiares, parte de su entorno. De ahí su preocupación cuando los periódicos cuentan que una de las mujeres que observa cada día ha desaparecido. Ella sabe algo que quizá podría ayudar. Pero, ¿lo sabe realmente? ¿Qué puede recordar?
“La chica del tren” me recuerda a “Perdida”, pero me ha causado mejor impresión. Me ha parecido altamente adictiva: yo he tardado 2 días en terminarla. Me gusta la protagonista alcohólica, me gusta cómo está llevada su autodestrucción. Debo decir que esta novela me ha dado sed y me he visto bebiendo junto con Rachel. Creo que lo que menos me ha convencido es el papel de Anna, que se la utilice como narradora, y aunque entiendo lo que aporta, sobre todo en el desenlace, creo que habría sido más sólida si se hubiera prescindido de su voz.

Engancha mucho, la recomiendo como lectura de evasión y me parece muy adecuada como novela de piscina.

lunes, 4 de mayo de 2015

También esto pasará

También esto pasará, Milena Busquets, Anagrama, 2015
Venir al mundo avalada por dos apellidos como Busquets y Tusquets puede parecer fácil y sin embargo no siempre serlo. Demasiado peso a las espaldas, aunque éstas estén bien cubiertas.
Y estrenar orfandad con tan sólo 43 años debe dejar un vacío proporcional a la cantidad de amigos y enemigos que uno hereda cuando hay que enterrar a una madre como Esther Tusquets.
A esta especie de diario de dolor, de íntima confesión, nos invita Milena, para que la acompañemos en el duelo.
También esto pasará reune un puñado de días que comienzan en el entierro, cuando todo ha llegado a su fin, cuando hay que poner el contador a cero y seguir viviendo, sin ella, una nueva y siempre peor segunda vida; enfrentarse a su ausencia, a los recuerdos benévolos y a los peores días cuando la enfermedad te devasta; reencontrarte con conocidos que te dan el pésame y rememoran anécdotas; recorrer los lugares que llevan su nombre y aspirar de nuevo los rincones inundados con su olor.
Esther Tusquets (1936-2012), dicen, no fue una mujer fácil, pero era su madre, además de una de las mejores editoras que ha dado este país. Y quizá pueda hablarse de la relación apasionada y compleja que las unía, pero para Milena era el motor, su gran pasión, el amor de su vida y no es capaz de vivir sin ella. Para superar la pena se refugia en brazos de hombres desconocidos, o viejos amigos, buscando en el sexo el camino del consuelo. Resulta curioso cómo una mujer tan marcada por la figura femenina resuelve sus conflictos construyéndose un mundo dominado por hombres (sus ex, sus hijos…) para maquillar el dolor.
Un libro duro, no desgarrador, pero teñido de dolor constante. No diría que es difícil de leer pero sí que no todo el mundo podrá hacerlo desde la serenidad según el momento de su vida. Destila pena y nostalgia.
Aun así es bonito revivir con ella su historia, la de ambas, conseguir esbozar una sonrisa e imaginar esos atardeceres del Cadaqués que tanto disfrutaron.
No dejéis de leerla, pero dadle su tiempo y su espacio para poder disfrutarla, porque sin duda merece mucho la pena, y proyecta una escritora que me deja con ganas de más.
Precioso adiós, bonito homenaje

Virginia

domingo, 26 de abril de 2015

El secreto de Vesalio

Jordi Llobregat, Destino. A la venta a partir de 19 de mayo de 2015.

Barcelona, 1888. La ciudad ultima los preparativos para la exposición universal. La aparición de varios cadáveres de jóvenes muchachas desata el pánico. Daniel Amat, que regresa para enterrar a su padre, se ve envuelto en una investigación junto con un pícaro periodista y un joven estudiante de medicina. Y es que ellos sospechan que tras las muertes se esconde algo más de lo que están contando los periódicos.
La novela sigue un esquema de bestseller en el que se mueve con soprendente soltura para tratarse de la primera obra de un escritor (no creo que lo sea; sí, me imagino, la primera publicada). El ritmo es ágil, la trama entretenida, los giros del argumento gotean la información de manera que el espectador se vaya enganchando cada vez más. Es interesante la descripción de los distintos ambientes de la ciudad en la época:  el porturario, las prostitutas y las alcantarillas; la facultad de medicina y el hospital; el periódico; el ambiente burgués y sus fiestas, etc.
Quizá, lo único que se le puede echar en cara es que los personajes son marcadamente tópicos (especialmente el giro con el joven médico y su antiguo sirviente)  y que el final lo veo un poco forzado; pero me ocurre con frecuencia en este tipo de novelas. 
La mejor descripción que puedo dar del libro es que me deja una vaga sensación que me recuerda, sin que sepa definir por qué (más allá de la ciudad protagonista), a "La sombra del viento". Que cada uno evalúe si eso le parece bueno o no. 

martes, 7 de abril de 2015

Blitz

Blitz, David Trueba, Anagrama, 2015
Por fin vuelve Trueba y volvemos a disfrutarlo aunque sea en una novelita corta como ésta.
Beto es un joven arquitecto paisajista que viaja a Múnich acompañado de su novia Marta para participar en un concurso de diseño de parques.
En esta bendita y casi siempre cruel era de la continua comunicación Beto recibe un sms que pone fin de inmediato a su relación mientras espera sus cervezas acodado en la barra de un bar. El mensaje no llega de muy lejos, al volver la cara ve a Marta, sentada en la mesa del fondo, tratando de implorar perdón por haber equivocado el destinatario de ese bonito y romántico corazón... ¿Se equivocó o fue una forma cobarde de dejarle?
De repende Beto se convierte en un chico de la nada, un joven sin pareja, con un trabajo casi inexistente, sin casa (deberán solucionar lo del piso cuando vuelva a Madrid)... un hombre desarraigado sin un horizonte en el que buscar nuevas expectativas.
Beto decide no volver con Marta a España, prefiere permanecer unos días más en la ciudad alemana, tomar tierra y redirigir su vida, aunque cada paso que da es un desastre que le aleja aún más de la normalidad.
Sin embargo la vida es, a veces, sorprendente, rápida y fugaz como un relámpago (éso es lo que siginifica blitz) y sin darte tiempo para reaccionar gira de forma brusca para cambiar todo lo que era hasta ese momento
Helga es una alemana afinacada en la sexta década de su vida que trabaja como voluntaria en algunas de las celebraciones que tienen lugar en la ciudad y que colabora en el concurso en el que participa Beto. En medio del cataclismo en el que se encuentra el joven, Helga aparece para darle consuelo, cena y un lugar donde dormir. Como ya os imaginaréis a estas alturas, tras alguna confesión y unos vodkas acaban compartiendo cama, miedos y vergüenzas.
¿Qué lleva a un joven a verse seducido por una mujer que casi le dobla la edad y que se aleja por días del estereotipo de mujer perfecta y eternamente joven que nos intentan hacer ser?
De eso va esta delicia que os recomiendo fervientemente, de las mujeres (y hombres) que llegan a tu vida sin ser lo moralmente aceptado, que te cambian el sentido de las calles (sea Múnich, Madrid o cualquier otra), y que pese a las dudas iniciales que provocan consiguen que uno se rinda a la evidencia de la felicidad aportada.
Un libro que no siempre es bonito pero que dibuja la crueldad de la soledad y el desamparo, el ahogo de las crisis vitales, el amor, el paso del tiempo...
Una maravilla con toques dulces y amargos
Leedlo
Virginia

lunes, 16 de marzo de 2015

Cicatriz

Sara Mesa, Anagrama, 2014.

Ya hablé de Sara Mesa aquí con motivo de la publicación de “Cuatro por cuatro” en 2012, con la que quedó finalista del premio Herralde. Me pareció entonces una autora prometedora a la que había que seguir la pista, y de ahí que haya leído “Cicatriz” según salió al mercado. Mantiene en esta nueva novela cierto tono oscuro y turbador; pero creo que esta autora tiene que seguir evolucionando, y que aún no ha alcanzado todo su potencial.
Sonia conoce en un foro literario a un hombre que adopta el nick de Knut Hamsun. Se escriben, él le pide una foto, a cambio le ofrece mandarle libros. Sonia descubre que él roba de manera sistemática; tras los envíos, sólo le pide que abone los gastos del paquete. Comienzan una relación epistolar cada vez más íntima, cada vez con más regalos: tras los libros, perfumes, zapatos, lencería… Sara Mesa explora cuestiones como la intimidad, la moralidad, la plasmación de las fantasías con personas lejanas que uno siente como cercanas. Lo que es “normal”, lo que es aceptable u aceptado.
El libro empieza muy bien y, en mi opinión, pierde fuelle según avanza. Me parece un acierto el tratamiento del narrador, cómo maneja el punto de vista y cómo mezcla el estilo indirecto libre con las transcripciones de los párrafos, apoyándose siempre en ella, con la que es más fácil que el lector empatice. La alternancia cronológica en la que basa la estructura es difícil de llevar y uno acaba interpretando el texto con cierta linealidad; tampoco acabo de ver qué aportan los saltos en el tiempo. Lo más interesante es la evolución de la intimidad entre ellos, las reglas sobre las que construyen su relación. Sin embargo, creo que va perdiendo fuerza, y el final me ha resultado decepcionante. Aun así, está bien escrito, son personajes sólidos, y su regusto se ha quedado días conmigo.

Pdta: ando un poco harta de este argumento que justifica el robo en grandes superficies como si robar en una pequeña e independiente fuera un delito, y una estructura mayor atacar al sistema capitalista. Me molesta que se utilice ese supuesto matiz moral para justificar un comportamiento, en mi opinión, inaceptable, como si el contexto modificara los hechos; y me choca que nadie parezca darse cuenta de cuántos puestos de trabajo se pierden porque las cadenas no pueden aumentar sus plantillas y hacer frente a la merma que sufren sistemáticamente… He sentido mucha incomodidad al leer los amplios espacios que la novela dedica a explicar cómo robar en las librerías, y creo que la autora se ha extralimitado en este sentido.

lunes, 2 de marzo de 2015

Después del invierno

Guadalupe Nettel, Anagrama, 2014. Premio Herralde de novela.

Claudio y Cecilia. Dos narradores en capítulos alternos. Dos individuos marcados por la soledad, cada uno con maneras muy distintas de enfrentarse a ella: Claudio, a través del control, del orden y la limpieza; Claudia, dejándose flotar en la apatía y la desgana. Ambos marcados por episodios de su infancia y adolescencia, ambos convencidos de que el amor puede salvarlos.
Claudio y Cecilia ven el mundo de manera muy distinta. Claudio, cubano residente en Nueva York, ha hecho de la asepsia una forma de aislarse del mundo; también se mantiene alejado de la gente. Considera a las mujeres seres inferiores, y se relaciona con ellas en la medida en que puede conseguir algo a cambio, como con su novia Ruth, mayor que él, que le permite desahogarse sexualmente y le concede sus caprichos. Cecilia, mexicana, estudiante de literatura en París, vive fascinada por los muertos y se instala frente a un cementerio.
Ambos son personajes hipnóticos. Intuimos que se cruzarán, y cuando ocurre, el punto de vista toma aún más importancia. Pero aun cuando ambos son personajes que experimentaron o sufrirán una carga importante de desdicha, ambos marcados por la muerte, éste no es un libro triste. El tono final intenta ser optimista, y decirnos que siempre hay un después, que el invierno pasará, que vendrán nuevos tiempos.
Es un libro interesante, que a mí me enganchó en las primeras páginas por la repulsión y la fascinación que produce Claudio; y según fui avanzando, cada vez empaticé más con Cecilia. Me gustan ambos, me gusta el peso que la música y la literatura tienen en sus vidas. Me gusta la manera en que ambos disfrutan de aquellos hallazgos que les hacen la vida más llevadera. Me gusta su entrega absoluta a aquellos por lo que apuestan. Y me gustan sus contextos. Yo os lo recomiendo, para mí merece la pena.

"En las promesas se cree o no. Las promesas se cumplen o no. Pero con las evidencias no hay quien pueda. Las evidencias nos liberan de la necesidad  de conjurar con promesas la incertidumbre."

Spoiler, por si alguno lo lee y quiere comentar: ¿hay tanta diferencia entre Ruth y Cecilia, en la manera de enfocar la pareja? ¿No es el silencio de Tom, su individualidad, otra forma de maltrato? ¿No mantiene él barreras permanentes, como Claudio a su modo? ¿No piensan ambas en matarse antes que - o al - perder a su hombre? ¿Y qué habría pasado si Cecilia no hubiera huido de Nueva York? ¿Sería posible que fueran felices? Pero yo me alegré tanto cuando se alejó de allí...

lunes, 16 de febrero de 2015

El aroma del crimen.
Xabier Gutiérrez, Destino, 2015. A la venta el 24 de febrero.

Una novela policíaca ambientada en San Sebastián en la actualidad. Vicente Parra, oficial de la comisaría, tendrá que investigar el asesinato de Elena Castaño, famosa diseñadora; y también, la muerte del joven Christian José, fallecido en principio por enfermedad pero cuya madre pide a la policía que indague más tras observar cómo su hijo manejaba grandes cantidades de dinero imposibles de adquirir con su sueldo de bedel de la universidad. De fondo, el mundo de la cocina, restaurantes de lujo, cocineros, aprendices y gourmets.
Se trata de la primera novela del autor, y se nota en el ritmo, algo lento, lastrado por la multitud de personajes a los que recurre (especialmente porque el narrador se apoya en todos, y no sólo son descritos, sino que además se reproducen sus pensamientos y su punto de vista, incluso cuando no aportan nada) y por un exceso de descripciones que, en mi opinión, deberían haberse suprimido. La resolución de la trama es ingenua y muy poco sorprendente para el lector acostumbrado al género. La novela tiene, eso sí, momentos interesantes: son aquellos relacionados con la comida, puesto que el autor es un cocinero de prestigio, y nos habla del funcionamiento de un restaurante, del proceso creativo en una cocina,  la descripción de los platos, recetas, etc… Son los mejores fragmentos, y los que más atraen la atención del lector.

Lectura ligera, recomendable sólo en los casos en los que el lector tenga también una pasión gourmet.

domingo, 1 de febrero de 2015

Mala gente que camina

Mala gente que camina, Benjamín Prado, Alfaguara, 2006
Los libreros nos quejamos a menudo, y no sin razón, de que casi nunca nos regalan libros. Pero a veces alguien nos da una sorpresa y nosotros disfrutamos, por fin, del placer de descubrir qué novela han elegido para ti. Y ésta es la historia del libro del que os voy a hablar, que llegó a mi casi por casualidad, al amparo de una intuición, avalada, tan sólo, por el prólogo de un poemario de Elvira Sastre en el que se adivina un gran escritor, de una sensibilidad especial. Mala gente que camina se ha convertido en el primer libro del año, con una historia de las que dejan huella. Me guardo para siempre, por fondo y forma.
El protagonista de nuestra novela es Juan Urbano, un profesor de instituto harto y desmotivado por años de enseñanza infructuosa y burocracias absurdas del sistema. (Su nombre es lo último que conocemos de él, en la última frase del libro, misterioso como pocos). Juan está separado de Virginia, una víctima más de los terribles 80 madrileños; vive con su madre en Las Rozas, con la que mantiene deliciosos encontronazos políticos y literarios y a la que adora y admira; bebe café y almuerza cada día en el Montevideo de Marconi, un uruguayo que se empeña en alimentarlo y respetar sus silencios; y pelea con profesores y mamás de preadolescentes desde su despacho de Jefe de estudios. Pero, sin duda, su escondite favorito es la investigación sobre los escritores españoles de la posguerra, Delibes, Carmen Laforet, Cela, Luis Martín-Santos…
Y lo que se iba a ser una conferencia en Atlanta sobre Nada, se acaba convirtiendo en una obsesión, una cruzada que le pone delante de sus ojos la férrea Natalia Escartín, progenitora de un apocado alumno y suegra de Dolores Serma, una escritora casi desconocida pero influyente en la generación, nacida en Valladolid y amiga de grandes autores del momento. Averiguar sobre ella, leer su obra, entender sus páginas y desempolvar una de las más crudas aberraciones de los primeros años del franquismo será el camino que comparte Juan con nosotros, afanado en saber y en escribir su Historia de un tiempo que nunca existió (La novela de la primera posguerra española).
Con la excusa de Juan Urbano, Prado reabre el debate moral sobre las motivaciones que llevaron a las mujeres del Auxilio Social a arrancar a cientos de hijos de los brazos de sus madres por el simple hecho de ser rojas, con el fin de exterminar la indecencia y darles a esos bebés el derecho a crecer en una familia “como Dios manda”.
La lucha por la decencia, la necesidad de comprender, el intento de no juzgar desde las tripas, la denuncia de las injusticias, vivir… son sólo algunas de las cosas que Juan comparte con Dolores, aunque él aún no lo sepa.
Mala gente que camina es una novela cruda, durísima a ratos, y con la que te carcajeas sin querer en muchos giros de humor y de una ironía fina y justa en su medida. Volver a leer sobre la guerra y la posguerra puede aún sorprenderte con historias tan reales como inverosímiles que nos abren los ojos a atrocidades semejantes. He vivido con el alma encogida y el ceño fruncido mucho rato, pero envuelto todo en los chascarrillos de Juan hacen de este libro una maravilla.
Se lo recomendaría a todo el mundo, a todos, pero quizá sólo unos pocos puedan disfrutar con su dureza y sumergirse en esa parte aún tan dolorosa de nuestro pasado. Leedlo sólo cuando estéis preparados y dispuestos a sufrir y/para aprender. Ya lo decía Machado, “Mala gente que camina y va apestando la tierra…”
Un regalazo, indispensable.
Virginia