viernes, 21 de octubre de 2011

Tokio Blues (Norwegian Wood)


Haruki Murakami, Tusquets, 2005. 1ª edición en japonés: 1987.

Murakami es uno de esos autores del que un librero tiene que conocer todos sus títulos, porque se venden continuamente; sin embargo, a mí nunca me había llamado la atención. Ha sonado como candidato al Nobel, y Pablo d'Ors, señor al que admiro desde hace años, publicó recientemente un artículo con 11 razones por las que este autor funciona. No podía demorarlo más.
Watanabe recuerda sus años de juventud al empezar la universidad. Tras el suicidio de su mejor amigo Kizuki, Watanabe se encuentra por azar con la novia de éste, Naoko, y empiezan a verse para dar largos paseos en silencio; Watanabe se enamora de ella. A la vez, comienzan sus clases de Historia del Teatro y vive en una residencia de estudiantes con un compañero de habitación algo peculiar y obsesionado con la limpieza. Pero Naoko desparece y tiempo después le escribe contándole que ha tenido una crisis y ha elegido ingresar en un centro de recuperación en plena naturaleza. Watanabe está muy desmotivado y nada parece llamarle la atención. Conoce a Midori, una chica original y descarada, y a Nagasawa, un compañero de residencia que destaca por su éxito con las mujeres que se lo lleva de vez en cuando de copas.
Varios aspectos me han llamado la atención:
- la soledad de los personajes: todos se sienten muy solos y para todos es un problema. La mayoría arrastra la muerte por suicidio de uno o varios seres queridos. Alguno se suicidará a lo largo del libro. La presencia de la soledad y la muerte es constante y todos luchan con un vacío interior que no saben explicar pero que conlleva una profunda melancolía.
- los personajes femeninos: todos están desequilibrados. Sus comportamientos me resultan incomprensibles, juegan continuamente al avance y al retroceso, provocan y al instante se muestran distantes o directamente blindadas. La única interesante para mí es Reiko, la compañera de habitación de Midori, mujer inteligente, carismática y divertida. Ahora bien, el motivo por el que Reiko se encuentra ingresada, aislada del mundo, es completamente incomprensible e incoherente.
- la fascinación que Watanabe genera en el resto de personajes, que yo no puedo compartir. Es un mero espectador, escucha y calla, y por eso ayuda a llenar el vacío que los demás sienten; pero apenas expresa opiniones propias.

Se deja leer, pero no me ha parecido tan bueno como su fama proclama. Creo que no percibo la profundidad que todo el mundo le admira. Yo no lo recomiendo.

martes, 18 de octubre de 2011

Si a los tres años no he vuelto

Si a los tres años no he vuelto, Ana R. Cañil, Espasa, 2011

Últimamente he encadenado varias lecturas de guerra y creo que eso ha influido en la impresión de ésta. Llevaba meses queriendo meterme en Si a los tres años no he vuelto, pero ahora que lo he acabado no sabría deciros si me ha gustado o si es “más de lo mismo”.
Madrid 1939: Jimena, una joven de la sierra cuyo único delito es enamorarse de Luis, comunista acérrimo y comprometido que consigue casarse por lo civil con ella por si la deja viuda en la batalla…Su suegra, quintacolumnista y vengativa ante un hijo rojo, hace lo posible y lo imposible por encarcelarla en Ventas en cuanto Luis huye a Europa. Entre las cuatro paredes de aquel horror Jimena descubre que está embarazada. Y allí mismo también se topa con María, un quiero y no puedo de riquezas, posición social y príncipe azul que después de una traumática relación sentimental se convierte en una carcelera férrea a las órdenes del Régimen y de señoras pudientes como Elvira.
Son dos mujeres opuestas, dos bandos políticos y dos formas de vivir el amor. Víctima y verdugo según la ocasión.
Es verdad que el punto de vista de la novela destacando el papel de los hijos de las presas es novedoso, pero a mi gusto hay partes de la narración que estorban a la trama principal. Cañil se desvía a veces en capítulos que no aportan y distraen, en un afán por darnos datos que no siempre hacen falta.
La novela es una vuelta tuerca del testimonio real de Tomasa Cueva, presa de las Ventas, a la que se le ha “maquillado” la historia para esquivar los rencores y las memorias históricas que podrían ofender a algunos 75 años después. Pero a mi gusto, después de haber leído otros relatos, le falta entraña y le sobra periodismo.
Lo mejor: la historia de amor a la sombra de un romance tradicional
Lo peor: ese final de cuento de hadas que no acaba de encajar
Hay veces que la elección de un libro debe estar condicionada por el momento. Quizá a éste tendría que haberle buscado uno mejor.
Virginia

domingo, 16 de octubre de 2011

El libro, un espacio para la reflexión

Hace unos días quise comenzar a experimentar la sensación del libro digital.
Como os comenté hace unos meses en este mismo rincón, no debemos dejar de destacar las bondades del espacio, de la comodidad. etc. Pero la sensación de un libro entre las manos es imposible conseguirla con un ereader.

Quería empezar a contaros esta sensación; pero porqué hacerlo si alguien lo ha escrito ya exáctamente como yo lo pensaba. Os invito a leer una carta aparecida en el 20 minutos titulada: "El libro, un espacio para la reflexión" escrita por Juan A. Pérez-Foncea. Pinchar en el título de la carta y leereís su opinión, que es la misma que la mía, del versus libro digital/libro en papel. 
Al pie del artículo aparecen también un buen número de reflexiones que merece la pena leer. Me quedo con una: "El que tiene un libro digital, no tiene nada. Si el libro es bueno, hay que tener la obra, el arte".

Posdata: Me quedaré con el libro digital que compré de oferta, seguramente lo regalaré a algun amigo o familiar que creo que lo aprovechará más que yo, porque sin duda el pobre aparato se siente frío y perdido entre mis  grandes manos acostumbradas al papel.
Sed buenos.

jueves, 13 de octubre de 2011

No existe sabiduría. Relatos.


No existe sabiduría. Relatos. Gianrico Carofiglio. La esfera de los libros. 2011
Pequeñas historias cotidianas que se convierten en grandes relatos. Unos personajes que nos transportan a lugares que merece la pena conocer dentro de retazos de vidas ajenas. Muy recomendable.

Un encuentro fortuito en una sala de espera de un aeropuerto, una mujer delante de nosotros lee un libro… el mismo libro que nos leía nuestra madre cuando éramos pequeños. –Mi madre tenía ese libro, me lo leía cuando era pequeño. Ella alzó la cabeza, me vio…
Una estación de tren, un mariscal italiano se queda sin su cena de navidad por tener guardia, una vieja con un carrito, ropa raída pero llevada con orgullo y elegancia, con un pañuelo anudado al cuello,  se acerca al quiosquero  para comprar, con mil liras, el periódico del día. –Cuesta hoy dos mil liras, es domingo, viene con suplemento. Ante la cara decepcionada de la anciana, el mariscal alarga su mano poniendo mil liras más en su mano. –Qué bueno es usted, y que amable…

Y ocho comienzos de relatos más que aúnan en este libro un paseo por la vida que merece la pena vivir desde el otro lado, el del lector, como un voyeur escondido en un rincón observando la vida como si fuera una película o simplemente un sueño. 

Lo mejor: como lector de autobus que soy, me siguen gustando las historias breves y éstas son muy dignas de ser leídas.
Lo Peor: La continua necesidad de saber más de los protagonistas de los relatos.

viernes, 7 de octubre de 2011

Conversación


Gonzalo Hidalgo Bayal, Tusquets, Colección "Andanzas" 2011. 

El año pasado (aunque no sé si fue hace dos...)  leí Campo de amapolas blancas y me pareció tan buen escritor este hombre, que me llevé esta novedad sin pensármelo dos veces. En este caso no es una novela sino que se trata de una recopilación de relatos, no tan breves, que versan a cerca de temas muy diferentes. Todos ellos tienen en común la vida personal de sus protagonistas contada desde su propia óptica o desde la de algún testigo de primera mano.

No puedo dejar de mostrar mi admiración por tres de ellos: “Kalé hemerá”, “Corzo” y “Monólogo del enemigo”. En el primero la curiosidad te persigue con el joven profesor particular de griego a domicilio; en el segundo te mantiene en vilo ante la aparición de un ser misterioso y en el tercero te hace pensar de verdad: ¿hasta qué punto odiamos a una persona? ¿Llegaríamos a sentir pena por alguien que se ha pasado la vida intentando arruinar la nuestra? Los otros dos se me hicieron un poco largos pero con Hidalgo Bayal sólo hay un problema: que escribe tan bien y hace una frases tan buenas, que aunque no te esté interesando de lo que habla, sigues leyéndole por puro placer. Consigue cautivarte con imágenes tan acertadas como, por ejemplo: “las cicatrices calizas del suelo” entre otras.  Es uno de los mejores narradores españoles vivos que he leído.

Me gustaría rescatar de entre sus páginas una máxima que dice así en boca de uno de sus personajes: “Cada persona es para la otra, solamente lo que dice y lo cuenta, cada persona es el relato oral de su autobiografía”. Ahí queda eso. Os animo a que os acerquéis hasta esta obra y disfrutéis con la lectura tanto como lo he hecho yo.

Noelia

Se ha muerto Félix Romeo.Esta tarde el mundo es un poco más triste.


Yo lo admiraba mucho. Empecé a leerle cuando escribía en el abcd hablándonos de esos autores que yo pocas veces conocía y contando su voracidad: libros, revistas, viajes, películas... Por curiosidad, leí "Amarillo" y quedé muy impactada: era un libro tan íntimo que me sentí avergonzada de saber tanto de otra persona. Transmitía una desolación muy difícil de explicar, y que me recordó los meses siguientes a la muerte de mi padre, cuando uno no comprende cómo podrá vivir después de una pérdida tan cercana.
Tiempo después hojeé "Dibujos animados" y me gustó bastante menos. Pero seguía buscando periódicamente artículos y prólogos suyos, porque era un hombre sabio y leerle siempre despertaba mi curiosidad.
Hace un par de años vino a la ciudad a presentar a Punset en una conferencia. Yo lo reconocí y me puse muy nerviosa, y por primera vez comprendí lo que siente una adolescente cuando se cruza con el ídolo al que admira. Estuve tentada a acercarme a él, estaba solo en una esquina porque todo el mundo prefería hablar con la estrella mediática. Pero, ¿qué iba a decirle? No me vi capaz. Me quedé a la conferencia sólo por escucharle. Y pude ser testigo de su generosidad y su humor.
Mi pésame para todos aquellos que hoy lloran su ausencia. Porque, una vez más, sólo nos queda aprender a seguir con este vacío.

Las voces del Pamano

Jaume Cabré, editorial Destino, 2007.


Silencio. Años que pasan, muertos que se acumulan y heridas que no se cierran.

Una ceremonia de beatificación en el Vaticano. Una profesora que prepara un libro sobre la historia de las escuelas rurales y encuentra por azar un cuaderno manuscrito: una larga carta de un maestro hacia su hija, cuarenta años atrás. Un secreto y una doble vida.

El pueblo de Torena, en el valle del Pallars, en Lleida. Allí conocemos al alcalde falangista, al maestro, a la señora de la familia más rica. Es la inmediata posguerra, en muchas casas lloran a sus muertos y aprietan los dientes cuando tienen que mirar hacia los verdugos, que viven en la calle de enfrente. Nadie olvida, los años pasan, las venganzas se suceden y cada vez hay más muertos y más rencor.

Esta es una novela larga, construida sobre al superposición de distintos planos temporales que nos explican el futuro y el pasado de cada personaje. Nos habla de fidelidades y de traiciones, de venganzas y rencores, de crueldades, de héroes, de mártires. De poder, de estrategia, de dinero. De vencedores y vencidos. Del recuerdo y el poder de la memoria. De manipulación. De los que consiguen los que quieren y los que se quedan por el camino: “nunca dejes de hacer lo que tienes que hacer si crees que tienes que hacerlo”.

A mí me ha gustado bastante. Es una novela absorbente, muy poblada, con un par de puntos álgidos que realmente me han sorprendido. Me quedo con la fascinación que es capaz de ejercer Elisenda, auténtico motor de todo lo que consigue; y sobre todo, con los Serrallac, padre e hijo, que evolucionan la figura del enterrador filósofo y la transforman en artista. Para mí, la confesión de Elisenda con su tío fue de esos impactos que te hacen cerrar el libro y pensar “no me lo puedo creer”. Ya me contaréis qué parte os ha gustado más.

“¿Sabes, hijo? Los cementerios de los pueblos pequeñitos siempre me han recordado a las fotos de familia: todo el mundo se conoce y está quietecito, uno junto al otro para siempre, cada cual mirando hacia su sueño. Y con los odios desorientados por tanta quietud”. (p. 599).

miércoles, 5 de octubre de 2011

Niños feroces


Niños feroces, Lorenzo Silva, Destino, 2011
La nueva novela de Lorenzo Silva es la historia de Lázaro, o la de su profesor, o de la de Jorge García Vallejo…
El protagonista más joven de la historia es un aprendiz de escritor que aún no ha encontrado la manera de enfrentarse al papel. Gracias a su profesor del taller de escritura, el otro Lázaro (éste guía al primero y el primero nos lleva a nosotros), consigue pasar de los 140 caracteres tan propios de su generación y escribir el relato que le ha regalado.
A partir de aquí se superponen, al menos, tres planos narrativos, tres vidas y tres momentos históricos. Silva pasa por la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial, las SS, Irak, el conflicto de Afganistán, Couso… para conseguir un ensayo novelado sobre los conflictos bélicos y sus personajes, casi siempre niños que conocen el horror, porque “el horror es quien se lo ha infligido a otros”. Destaca, sobre todo, la evolución del joven de primera línea de batalla, aquél que en 1936 luchaba por unos ideales (equivocados o no) dejándose el alma y casi siempre la vida; y el de hoy, militar de “misiones humanitarias”, que sólo abre fuego si le atacan y que no siente ese viejo orgullo ni la temida culpabilidad, es simplemente su deber.
Pero, a la vez, consigue hablar de la novela de la novela, pura metaliteratura, contándonos los métodos del escritor, los fines, las fórmulas.
Niños feroces es un juego narrativo que te obliga a leer despacio, que llena las páginas de datos, referencias bibliográficas y cinematográficas, de menciones actuales (Youtube, Círculo de Lectores, pirateo digital, telebasura, el 15M) y de personajes históricos (Kafka, Grass, Graves, W. Benjamin) al que se le supone un enorme trabajo documental y años de lectura.
Es, sin duda, la novela más compleja que he leído de Silva, lejana, o no tanto, de los casos policíacos de otras veces, y a mi entender un salto de calidad, aunque “divierta” menos.  Una novela recomendable para sus seguidores y para los fanáticos de la historia y sus batallas.
Lo mejor: “La revolución es la tarea de una resuelta minoría inasequible al desaliento”, José Antonio Primo de Rivera (destacado y ensalzado en su biografía por Torrente Ballester)
Lo peor: quizá el exceso de datos para los ignorantes en la materia (es decir, yo…). A veces cuesta seguir el hilo de Historia.
Os dejo el vídeo donde el propio autor explica su novela
Virginia

martes, 4 de octubre de 2011

Baby's in black

 Arne Bellstorf, Sins entido, 2011.


Sins Entido abre la temporada con esta novedad que relata la relación entre Stuart Sutcliffe y Astrid Kirchherr a principios de los años sesenta. Stuart se había trasladado a Hamburgo para tocar el bajo con el grupo de música al que pertenecía y en el local en el que actúan conoce a una joven fotógrafa alemana, Astrid, cuyos amigos están emocionados con la música de la banda. El grupo en cuestión es prácticamente desconocido y Astrid se ofrece para hacerles una sesión de fotos; su nombre es "The Beatles". Astrid pasará a la historia de la banda como amiga del grupo y como inspiradora del peinado con el que se hicieron mundialmente famosos.

El cómic tiene una ilustración atractiva, sencilla y expresiva, pero narrativamente carece de ritmo, no resulta emocionante, me parece muy plano. Bellstorf quiere centrarse en los dos protagonistas y dejar a un lado a John y Paul, pero esta historia no me transmite por qué, sin ellos, Astrid y Stuart son especiales: no empatizamos con la pareja, no comprendemos qué les une (se supone que él desconoce el alemán y ella sólo chapurrea un poco de inglés), los dibujos insisten en miradas intensas que el papel no consigue transmitir, y parece una cuenta atrás para narrar los dolores de Stuart que desembocan en un dramático final. No merece la pena.

domingo, 2 de octubre de 2011

Fuerza y Honor


Fuerza y Honor. Fernando Rueda y Silvia Casasola. Temas de Hoy. 2008
Los primeros recuerdos que tengo de Juan Antonio Cebrián son de mi época de instituto, esas noches  eternas intentando estudiar lo que no había estudiado en tres meses (sí, yo era de esos). La compañía de aquella voz en las noches fue seguro, mucho más instructiva que lo que pretendía meterme en la cabeza. Su forma de narrar la historia me apasionaba tanto que desde aquellos días no he dejado de disfrutarla.
Aún hoy en día llevo “pasajes de la historia” en mi móvil y muchas noches me sigo acostando con su voz, ahora ya grabada.

Este libro está hecho a la memoria de un gran hombre de radio, a los que los seguimos durante años nos enseña ese lado personal que desconocíamos pero que se intuía en su forma de ser. No le hizo nunca falta la visión para tener mucho más sentidos y sentimientos que la media. Escrito por su mujer y uno de sus mejores amigos, Fuerza y Honor, el lema con el que cerraba sus programas,  es una calle que me he atrevido a recorrer cuando se cumplen 4 años de su injusta muerte. 
Un libro hecho desde el corazón recordando a una persona que admiras y quieres, retazos de una historia compartida y disfrutada.   

Para los que le conocieron o para los que deseen conocer a alguien muy especial con una vida difícil pero increíblemente apasionante. 

Lo Mejor: Volver a sentir en sus páginas ecos de tu propio pasado, escuchando la radio de noche.
Lo Peor: Que el destino no nos dejara disfrutar de su talento muchos más años.