martes, 17 de septiembre de 2013

Inferno

Inferno, Dan Brown, Planeta, 2013
Un hombre que dice que se ha llegado a colgar boca abajo durante la escritura del libro como una técnica de disciplina en busca de la inspiración merece, como mínimo, que le hagamos el “favor” de leer su novela, no?
Incluso reconociendo que me ha costado más que las anteriores engancharme, al final sucumbí y me ha gustado, con algunas puntualizaciones: 
Me parecen excesivos el secretismo y las extravagancias que exige el tipo para evitar las filtraciones que estropeen su gran reentré en los anaqueles y los ingresos en su cuenta corriente; me sobran ciencia ficción y descripciones que engordan pero distraen. Si quiero saber de Dante, ya lo leo yo después; el debate ético y la crítica social asustan y bastante si tenemos que suponer que ésa es la parte real de lo escrito.
Por lo demás pues Robert Langdon amnésico corriendo por la Florencia de Dante acompañado de una señorita de buen ver intentando resolver el acertijo enrevesado que amenaza con destruir el mundo. Y no os cuento más que sino me denuncian por spoiler.
Como en anteriores veces destaca el trabajo de documentación, el poder de las imágenes que recrea, la simbología, el juego de planos, los capítulos cortos y el control de la acción hasta el estallido final. Pero sinceramente no entiendo que haga hincapié en el esfuerzo que le ha requerido la escritura cuando no hay nada diferente, ni nuevo ni estrambótico, nada que no haya habido antes… Es meter los mismos ingredientes de siempre y seguir la receta no?...
Vamos, que me ha gustado y me ha hecho pensar esto del Transhumanismo, pero no he descubierto un nuevo Dan Brown, ni un estilo renovado ni novedades estilísticas importantes. Un libro entretenido que llegará al cine y ya, chimpún.
Sí sí, leedlo
Virginia


lunes, 9 de septiembre de 2013

Coral Glynn

Peter Cameron, Libros del Asteroide, 2013.

Releo antes de empezar a escribir la reseña que hice en este blog de Algún día este dolor te será útil, la obra anterior del autor, y me doy cuenta de que fui muy tibia en mi recomendación, pese a que me dejó huella suficiente como para empezar Coral Glynn según llegó a mis manos.
La protagonista que da título a la obra es una enfermera a domicilio que acude a una casa de un pueblecito inglés para cuidar de la moribunda señora Hart. Estamos a principios de los 50 y en la casa habitan también el comandante Clement Hart, hijo de la enferma, herido en la guerra y que arrastra una cojera y profundas quemaduras en su cuerpo, y la señora Prence, que hace las veces de cocinera y de ama de llaves y que no traga a Coral desde el principio. Clement intenta acercarse suavemente a Coral, y cuando fallece su madre, la propone matrimonio; a partir de ahí, todo se irá complicando.

Me resulta difícil describir el libro. Los personajes están muy solos y oscilan entre el sufrimiento y la resignación. Varias casualidades se encadenan y como consecuencia son cada vez más desgraciados. Sin embargo, algunos tienen segundas oportunidades que no saben aprovechar, y en buena medida, es la pasividad que muestran la que determina su camino. Coral se siente a menudo abrumada, y tiende a no enfrentarse a las dificultades, a obviarlas (lo que en parte es comprensible, puesto que tuvo una infancia marcada por muy poco afecto, e incidentes posteriores la llevaron a desconfiar de los hombres), por lo que sistemáticamente dificulta toda posibilidad de mejora en su vida. A la vez, todos son personajes muy tiernos, con una gran necesidad de ser amados, y que intentan demostrar amor en la medida de sus posibilidades, pero les falta la energía suficiente para vencer los inconvenientes a los que se enfrentan. Me enternecen especialmente Robin y Dolly, el matrimonio amigo de Clement, él, compañero del comandante desde la infancia y enamorado de Clement desde su juventud, y ella, intentando sacar adelante un matrimonio con un hombre que sabe que no la ama.

Todo el libro tiene un toque de ternura y fatalidad, pero también hay un elemento oscuro y turbador, una amenaza, intensificada en un episodio en un bosque que escenifica la tortura de una niña en manos de otro niño, y que luego aparecerá descuartizada; pero de manera vaga y constante flota en el aire, como la certeza de que nada podrá salir bien. En este sentido, si os apetece, una tarde charlamos sobre el final, sobre si es o no esperanzador. Y me gusta especialmente la originalidad de algunas descripciones, la manera en que Cameron encuentra las palabras para crear en nosotros una imagen exacta; un ejemplo: al abrir el cajón de la mesilla de la anciana muerta en la que ahora será su habitación de matrimonio, Coral encuentra "una figurita de madera del Niño Jesús, a la que le faltaba el brazo izquierdo, estaba pegada a un caramelo sin envoltorio".

Creo que a estas alturas ya sabéis que a mí me ha gustado y que os lo recomiendo :)