viernes, 29 de agosto de 2014

Perfil asesino.

John Connolly, Tusquets, 2005.
Muy negros andamos por estos lares este verano...
Ya reseñamos en esta página (aquí) la primera novela protagonizada por Charlie Bird Parker, el expolicía cuya familia es cruelmente asesinada y que busca – y encuentra – al culpable. Parker pasa a trabajar como detective privado y algunos de los secundarios de esa primera novela, sus amigos, le siguen ayudando en la segunda (El poder de las tinieblas, más floja, más oscura, marcada por cierto tono quejumbroso y reiterativo del protagonista) y también en la tercera, la que ahora nos ocupa, que recupera lo mejor de la primera: las reflexiones sobre el mal, la posibilidad –cuestionada- de usar la violencia para hacer justicia, la necesidad de los débiles de ser ayudados, la pervivencia de las acciones del pasado suspendidas en el tiempo.
Charlie continúa su proceso de reconstrucción, pero ha sabido encontrar en su retiro en Maine la paz suficiente para seguir adelante. No cree en la reparación, pero sí en la expiación; porque el mal existe, yace bajo tierra, y a veces se producen grietas que le permiten salir a la superficie.
 “Aquél  fue mi primer vislumbre de la colmena que es este mundo, mi primera percepción de que el pasado nunca muere realmente sino que permanece vivo en el presente de una manera extraña y hermosa. Existe una interconexión entre todas las cosas, un vehículo entre lo que yace enterrado y lo que vive sobre tierra, una capacidad de mutabilidad que permite que una buena acción hecha en el presente rectifique un desequilibrio de tiempos pasados. En definitiva, ésa es la esencia de la justicia: no reparar el pasado sino, mediante una intervención posterior en la línea del tiempo, restaurar cierta armonía, cierta posibilidad de equilibrio, para que los vivos puedan continuar libres de carga y los muertos encuentren la paz en otro mundo”.

Una comunidad religiosa cuyos miembros desaparecen misteriosamente treinta años atrás. Una mujer que aparentemente se ha suicidado, aunque su familia piensa que no ha sido así. Un millonario con un secreto y un asesino que recurre a arañas e insectos para perpetrar sus crímenes. Escalofriante. Y, una vez más, merece la pena. Connolly, señores, es de los buenos. No lo dejen pasar.

sábado, 16 de agosto de 2014

Los cuerpos extraños

Los cuerpos extraños, Lorenzo Silva, Destino, 2014
Por fin llega a nuestras manos la séptima entrega de la serie protagonizada por Rubén Bevilacqua y mi tocaya Chamorro.
Esta vez Silva nos presenta el asesinato de una alcaldesa levantina que, avalada por el ímpetu de su juventud, pretende acabar con la red de dirigentes corruptos que nos invaden y encabezar la imagen de la renovación política que tanto ansía este país.
Tramas secundarias de tinte sexual, segundas intenciones, dobles juegos y rencillas proporcionan un largo listado de sospechosos que, con o sin guante blanco, han truncado la vida de una joven con demasiadas aspiraciones, varios secretos y algún oscuro rincón (como casi todos).
Decir que ésta es la mejor novela de las siete sería decir mucho, sobre todo aceptando el hecho de que Silva es siempre un valor seguro, y que mejor encierra una subjetividad innegable. Cada una de sus novelas, manteniendo a sus protagonistas y ciertas líneas fijas, tiene su sello, su pincelada particular, su idiosincrasia, y mal no lo debe hacer cuando con cada nueva publicación consigue reunir de nuevo fieles seguidores capaces de sorprenderse y disfrutar aún, y llamar la atención de quien todavía no conoce a Vir y a Vila. Lorenzo Silva es un escritor premiado en muchas ocasiones (gracias a este par) y tan prolífico en su producción que elijas el libro que elijas acertarás.
Los cuerpos extraños se enmarca en la actualidad con una facilidad pasmosa, reflejo del momento social que sufrimos, con los acercamientos habituales en Silva a la complejidad psicológica, a la crítica a cómo se hacen las cosas ahora en el Cuerpo, ensalzando sus logros (que los tienen) y confiando a los diálogos la capacidad de sujetar el argumento salpicándolo de humor, ironía, agilidad mental, dramas humanos y crímenes irracionales.
Seguir conociendo y reconociendo a Vila y su hastío, con su ciega confianza en Chamorro, pero a la vez preocupado (tras 15 años aprendiendo a convivir con su “militarismo”) por ese no sé qué que la oscurece. Y ver a una Vir en horas bajas, con una tristeza que merma sus capacidades y que silencia su agudeza son algunas las claves para que estos dos nos encandilen cada vez que aparecen. Son los mejores aunque ellos no lo sepan.
Silva es, sin duda, uno de mis escritores de cabecera, un hombre que, además de hacer Literatura con cada palo que toca, es capaz de ensimismar a un auditorio entero cuando recorre las salas de conferencias hablando de su obra, del sector, de grandes compañeros, de su biblioteca y del nefasto trato de los de arriba a la Cultura. Mi admiración y mi absoluto respeto.
Leed a Silva. Lo que sea. Todo. Con o sin orden. Pero hacedlo u os estaréis perdiendo a uno de los mejores autores que ha dado este país.
Un placer siempre

Virginia

viernes, 8 de agosto de 2014

Pacto de lealtad

Pacto de lealtad, Gonzalo Giner, Planeta, 2014
Siempre me habían hablado muy bien de este autor y sus dos anteriores novelas, exitosas y aplaudidas. Pero yo que no soy demasiado fan de la narración histórica que se retrotraiga mucho más allá del siglo pasado no atendí a las recomendaciones, para variar.
Pacto de lealtad me llamó la atención desde el principio y no me equivoqué. He descubierto un autor que escribe sencillo, mejor dicho, que hace que parezca sencillo y que te lleva a una lectura tranquila y cómoda, sin importar el número de páginas que tengas por delante. Según palabras del propio Giner esta novela le ha llevado 16 meses de escritura y 5 más de documentación. Os aseguro que tardaréis mucho menos en engancharos a su trama.
He aquí la historia de un perro, un homenaje sin duda; una visión distinta de la guerra y sus horrores desde el no entendimiento y la inocencia de un animal que vive por instinto. Un perro en medio de las turbulencias civiles y la barbarie nazi, un juguetón entre balas que van y vienen.
Los no amantes de los animales, como yo, es posible que os escudéis en la pereza a la hora de leer las aventuras de un perro, pero os aseguro que llegaréis a sentir ternura. Campeón es un héroe, y pronto conseguiréis empatizar con él y con su dueña Zoe. Cuando la vida de ésta se desmorona por completo en medio del conflicto, cuando necesita reinventarse y comenzar, cuando la suerte le da la espalda la fidelidad de Campeón conseguirá insuflarle la fortaleza necesaria para seguir adelante. Desde luego si algo es esta novela es una abierta declaración de amor por los animales (no es casualidad que Giner sea veterinario).
Disfrutad de esta novela de espías, traiciones, secretos, batallas y dramas, porque pese a todo es un libro para sonreír, para saborear con la tranquilidad de saber que pase lo que pase él estará pegado a tu pierna. Bravo Campeón!
Un gustazo
Virginia



lunes, 4 de agosto de 2014

En renovación.

Llega agosto y los calores nos han traído ganas de airear este lugar, que habitamos desde hace años y que ya pedía renovación de muebles. Así, estrenamos imagen gracias al saber hacer de Nerea Amo (instagram.com/nereagatea), creamos cuenta de twitter (@Leealfondo) y mientras pensamos si con cambiar la lámpara es suficiente o nos metemos con albañiles, vamos colgando entradas nuevas, pensando qué nos apetece contaros y qué os puede gustar. Si queréis hacer sugerencias, serán magníficamente recibidas. Y si no, esperamos que os guste el nuevo sillón, sí, ese tan cómodo en el que siempre apetece leer. Feliz verano.

viernes, 1 de agosto de 2014

Un millón de gotas


Un millón de gotas. Víctor del Árbol.  Destino. 2014
Tras una época sin conseguir que ningún título de los que invaden mi mesilla me captara lo suficiente vi con ansias un nuevo título de Víctor del Árbol, valor seguro para que una historia te atrape.

Es Gonzalo, un abogado que trabaja al lado del despacho de su todopoderoso suegro que dirige el mejor bufete de la ciudad y al que no quiere ni ver el protagonista de este lujazo de libro. La noticia de la muerte de su hermana hacen que Gonzalo intente comprender como es posible que aquella mujer que le cuidaba de pequeño, más madre que su madre, decidiera dejar este mundo.

Esa investigación hace que Gonzalo se convierta en el protagonista de la vida de su hermana y, por tanto, de todos sus problemas, sus dudas, sus luchas y sus recuerdos que el autor nos regala en forma de retrospectiva a aquellos años de la revolución rusa, la lucha contra el fascismo, la guerra civil española… dónde su padre Elías Gil pasa de ser un perseguido a una referencia de la lucha en la contienda.

Con un millón de gotas  tenéis asegurado un paseo por aquellas vidas que muchos de nuestros abuelos sufrieron, la lucha del día a día y su repercusión en sus descendientes.

Trabajar de forma tan magistral las distintas épocas y  conseguir unos personajes que aborrecemos o adoramos desde las primeras líneas de cada capítulo es un don que, una vez más nos demuestra el autor de joyas como Respirar por la herida o la tristeza del samurái.

Disfrutadla, con sus momentos terribles y sus alegrías, con sus rincones de pavor y sus regalos de ternura, con sus fracasos y sus victorias. Con todo, disfrutadla.