miércoles, 24 de abril de 2013

Reír al viento


Reír al viento, Sandra Barneda, Suma de Letras, 2013
Haciendo una predicción de futuro digo que a la vista de las novedades de aquí a nada habrá que incluir en el matérico un “Libros de famosos televisivos”. Y el que avisa no es traidor. Pero como en todo hay libros y libros.
Sandra Barneda, seria, profesional y periodista de bastante rigor (hasta la fecha) acaba de publicar su primera novela, Reír al viento. Es un viaje interior, un libro de mujeres y posiblemente para ellas (aunque ayudaría a muchos hombres a entender a sus chicas).
Álex es la protagonista de esta historia que empieza y acaba en un asiento de avión. Todo lo que pasa entre medias sucede en Bali, un lugar paradisíaco en el que perderse para reencontrarse… Tiene 43 años, acaba de separarse, su hijo la culpa y ni ella cree en sus propios libros de autoayuda. Con el empujoncito justo que siempre dan los buenos amigos decide regalarse dos meses de retiro, soledad y libertad al otro lado del mundo para recuperar su vida y encontrar su felicidad. En Bali descubrirá la espiritualidad, sus deseos, sus miedos, el sexo sin compromisos, la amistad, los buenos consejos, los excesos, lo inesperado…Junto a María, Raquel, Blanca y Hera vivirá por fin como una mujer, sin ser hija, madre o esposa. Sólo ella y la vida. Muy Come, reza, ama  pero con una subtrama policíaca que a mi gusto no aporta pero que amplía el argumento (aunque que ni quita ni pone) y le libra de ser melodrama rosa en que podía haberse convertido.
¿Quién no ha querido desaparecer alguna vez y olvidarse de todo? Cierto es que no todos podemos costearnos dos mesecitos por ahi, pero Bali, como dice la autora, puede ser cualquier sitio. Es un libro positivo, con momentos de gran intensidad sentimental, que llegan y transmiten sensaciones que no son desconocidas para el común de las mortales y que insuflan optimismo y buen rollo. Amistad, sexo, maternidad, matrimonio, relaciones paternales, enfermedad, muerte, energías…
Hablar de calidad literaria es hablar demasiado, pero conmueve, te hace sonreír y llorar durante 624 páginas, y con eso, oigan, más que suficiente.
Me parece recomendable en cualquier momento para cualquier mujer. Me ha gustado y mucho. Me parece un libro fácil (en el mejor de los sentidos), asequible, bonito y para disfrutar, aunque sea ilusorio, soñemos!
No os lo perdáis
Lo mejor: las cartas
Lo peor: las despedidas. Todas
Virginia

martes, 23 de abril de 2013

¡Feliz día del libro!

Para los libreros, este día es sinónimo de mucho trabajo, de cansancio físico, de necesidad de resultados. Pero es también algo muy especial: porque nos felicitamos con otros compañeros, porque sacamos nuestros libros preferidos a la calle para mostrárselos a la gente, porque tenemos la oportunidad de recomendar aquellas obras que merecen la pena. Porque regalamos y recibimos libros. Porque cada historia encuentra un nuevo lector, porque hoy, muchos libros encontrarán un nuevo cómplice.
Porque pocas cosas hay tan bonitas como encontrar una buena historia.
Y porque pocas cosas hay tan satisfactorias que ayudar a alguien a encontrar el libro que busca, aunque aún no sepa cuál es.

Por todo esto, ¡felíz día del libro!

sábado, 13 de abril de 2013

La librería encantada

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Christopher Morley, Periférica, 2013.

Los lectores de La librería ambulante recordarán las peripecias de Helen y Roger por los caminos vendiendo libros. Han pasado unos años y el matrimonio se ha instalado en Brooklyn, ha montado una librería de segunda mano y gracias a su afabilidad se ha rodeado de un grupo de incondicionales, como el rico señor Chapman, que les tiene tanto aprecio que les pide que acojan como aprendiz a su bella hija Titania para ver si son capaces de enseñarle algo de la vida. A los libreros y a la nueva ayudante conocerá el publicista Aubrey Gilbert cuando pase por casualidad para ofrecerle al señor Gifflin que se plantee emplear métodos profesionales para anunciar su negocio. Aubrey se queda prendado de Titania, y en su intento por acercarse a ella, detecta detalles extraños que acaban resultando sospechosos: libros que desaparecen y vuelven a aparecer, misteriosos anuncios del periódico... Cuando Aubrey es atacado por la calle comprende que se trata de un tema serio, y que quizá Titania corra peligro...

Entretenida y fácil de leer, esta segunda parte comparte con la primera cierta ingenuidad del relato, una candidez que en el primer volumen me encandiló y en este me ha cansando un poco. Helen, protagonista en La librería ambulante, pasa aquí a un segundo plano y es Roger el que tiene más peso de los dos, pero es un personaje algo excesivo y a mí me acaba aburriendo. Sin embargo, me ha parecido muy interesante el reflejo de la época: es 1919, el mundo acaba de salir de la Primera Guerra Mundial, el mayor horror conocido, y Roger reflexiona sobre esa nueva vida en que los hombres han aprendido cuánto daño pueden hacerse y en el que tantas personas han muerto (y qué papel juegan los libros para conseguir que no se repita). En cualquier caso, al margen de que leáis o no la novela, sí os recomiendo que leáis los dos primeros capítulos, que son para mí obligatorios para todo profesional del libro en general y de la venta de libros en particular. Roger dialoga con otros colegas si la labor del librero es darle al cliente lo que este busca o ayudarle a moldear un gusto refinado, proporcionándole obras que el cliente ni siquiera sabía que existían. Sorprende la actualidad de esta polémica casi un siglo después...