miércoles, 26 de noviembre de 2014

La tierra de las mujeres

La tierra de las mujeres, Sandra Barneda, Suma de Letras, 2014
La nueva novela de Sandra Barneda llega para continuar la tetralogía en torno a los cuatro elementos clásicos griegos (Aire, Tierra, Agua y Fuego) que comenzó con Reír al viento.
Gala Malborough viaja con sus dos hijas, Kate y Adele, a un pequeño pueblo del Ampurdán para cobrar la misteriosa herencia de la desconocida tía abuela Amelia y volver, después, para seguir con sus impostadas vidas en Nueva York. Esta decisión desencadenará todo un conjunto de pequeñas casualidades que descubrirán mentiras, secretos familiares, dolor… Nada volverá a ser lo mismo después de pisar aquel lugar perdido del mundo y sin cobertura.
Sin duda gran parte del peso de la novela recae en el dibujo de los personajes, bien diferenciados y pulidos en su caracterización. El ausente Román, la desaparecida Amelia Xatart, Gala y sus hijas, el pluscuamperfecto, Julianne, las abuelas de La Muga, Amat, Marc, Joana… Todo un entramado  en el que unos se complementan a otros como acompañantes, descubridores, amantes, amigos… Las ocho abuelas, y sus apodos, forman un círculo mágico que representa todo un abanico de personalidades y roles que ayuda a estabilizar su unión, que en comunión con la tierra es fuente de sabiduría y experiencia.
Es una novela llena de reflexiones sobre el ciclo de la vida, la vuelta a los orígenes, la herencia que nuestros antepasados imprimen a nuestro carácter, la conexión mística con la tierra que pisaron y que quizá el destino nos permita conocer a los siguientes… (y aquí… lean el poema de Ángel González al respecto).
Lo definiría como un libro tierno con toques espirituales, un cuento mágico salpicado de pensamientos en voz alta, una defensa cerrada del feminismo y su energía como sostén de la tierra y los pueblos.
A veces necesitamos un golpe de realidad, un cambio de rumbo para dejarnos ir en un viaje sanador al encuentro del amor (en cualquiera de sus formas), que sin duda es el motor del alma. Viajes que cambian tu vida, o al menos, remueven los cimientos de la aparente estabilidad rutinaria y que te levantan los pies del suelo para ponerte frente a la felicidad por arriesgado que parezca y aunque atenacen el miedo y las dudas.
Un libro lleno de frases que subrayar y sobre las que reflexionar. Un libro, como dirían Amelia o Nalda, “que necessites temps per a pair-lo, entendre´l i sentir-lo”.
No os dejéis llevar por los prejuicios y leed a Sandra Barneda, pasaréis muy buenos ratos y quizá os replanteéis salir en busca del amor allá donde esté.
Yo mientras espero al Agua.
Muy recomendable
Vir


martes, 18 de noviembre de 2014

Deja escapar a los lobos

Carol Rifka Brunt, Maeva, 2014.

"Es una novela lacrimógena", me dijeron cuando me la recomendaron. Y no les falta razón. June tiene 14 años cuando muere su tío Finn. El dolor es desgarrador, porque Finn era su maestro, su mejor amigo, el único que la comprendía. El distanciamiento con su hermana y el absorbente trabajo de sus padres obliga a June a pasar el duelo sola. Pero aparece Toby, el novio de Finn, del que June no sabía nada. June establece con Toby una relación secreta que oscila entre los celos y el descubrimiento, la vergüenza y el cariño. Pero todo es endeble y sabemos que se torcerá...
Dos cosas me han gustado de la novela: la facilidad para empatizar con June y el tratamiento realista de la marginación y el temor que rodeaba a los enfermos de SIDA en los años 80, cuando aún no se sabía demasiado de la enfermedad. No he leído nada que hablase de este tema y me ha parecido muy interesante el sufrimiento de los que lo rodean, que quieren cuidar de sus seres queridos pero temen continuamente el contagio.
A la vez, algo me ha rondado la cabeza durante toda la lectura: en mi opinión, es un libro para adolescentes. No porque June lo sea, ni por lo magnificadas que se viven las cosas a esa edad (y así nos lo cuente la narradora, que para eso es la protagonista) sino porque las pistas que nos conducen hacia algunas tramas secundarias (la relación con su hermana, con el compañero del colegio, o la insistencia en el cuestionamiento de la propia valía) son, quizá, demasiado evidentes. ¿Cambia algo el hecho de que fuera para adolescentes? Porque entonces el tema - la enfermedad, la muerte, la ausencia - me parecería valiente. Aún no he encontrado respuesta satisfactoria.
El libro es fácil de leer, y creo que probablemente igual de fácil de olvidar. Pero es entretenido y uno disfruta la lectura. A vuestro criterio lo dejo.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sesenta kilos

Sesenta kilos, Ramón Palomar, Grijalbo, 2013
Una, que ya va afinando el gusto y las preferencias, oye hablar de una novela de narcos y bajos ambientes y se le hacen los ojos chiribitas. Pero hemos leído algo, y el listón ya tiene su altura…
El Nene y el Charli son dos "correveydiles" del trapicheo a las órdenes de Frigorías, pero quieren jugar en la primera división del negocio y hartos de comerse la peor parte del pastel deciden despistar sesenta kilos de farla pura al bueno del magnate y dedicarse al bon vivant al sol de cualquier paraíso.
Pero si ese mundo es traicionero también tiene una parte de corporativismo y colaboración que tapa, encubre y manipula. Y lo que parece una idea buenísima al amparo de la noche y unos tiros de coca, se complica y mucho con la luz del día, las armas, los ajustes de cuentas, asesinos a sueldo y amigos dispuestos a cobrarse cada favor. Y las mujeres, no olvidemos a las mujeres de los malotes, su verdadera perdición (toque machista al canto)
El tema y el planteamiento pintaban bien, pero el tono general tiene un punto de “chapuza” que me disgusta. No siempre el humor y la caspa son graciosos ni funcionan para aliviar la crudeza de un relato. Muy Torrente todo.
Si queréis contener el aliento con el tráfico de drogas, la prostitución y el hampa en general leed a maestros como A. Salas o Pérez Reverte.
Flojea tanto que lo he terminado a regañadientes
Yo creo que podréis pasar sin leerla, lo siento
Seguimos
Virginia