domingo, 27 de octubre de 2013

Lo que encontré bajo el sofá

Eloy Moreno, Espasa. 2013


     Desde el bolígrafo de gel verde, la primera novela de Eloy Moreno, que aquí comentamos, tenía muchas ganas de volver a leerle. Creo que a todos nos pasa cuando descubrimos un gran primer libro de un autor. Siempre esperamos que el segundo sea una confirmación de que no ha sido una casualidad, sino que, de verdad, nos gusta como escribe. Y, sin duda, este es el caso de Eloy Moreno.  Es un gran narrador de la vida misma.
     
       Como ya ocurrió en el bolígrafo de gel verde, éste es un libro sin resumen, como dice su contraportada: “No tengas miedo a comenzar a leer una novela sin resumen”. Así que no seré yo quien os resuma de qué va la novela. Solamente necesita una frase; Lo que encontré bajo el sofá es la novela de nuestras vidas, todas diferentes, con sus pequeños éxitos y grandes fracasos, con los errores que condenan un final feliz, con los aciertos que consiguen robar una sonrisa que vale un mundo, con abrazos que curan y palabras que matan, con silencios que hablan por sí solos.
   
          Eloy Moreno es un gran pintor de vidas, por las páginas de “lo que encontré bajo el sofá” va pintando todo un mundo de sensaciones que a todos nos suenan porque no hace falta narrar grandes batallas ni apocalípticas historias para ser un gran contador de historias, Eloy es el gran ejemplo de que la guerra más dura es la de cada una de nuestras insignificantes pero únicas e irrepetibles vidas.
   
          Te recomiendo que lo compres, empieces el primer capítulo y te busques en la novela. Seguro que estás. Tú eres el protagonista.

    Lo Mejor: Leer en pocas páginas, mil historias, incluida la tuya.
    Lo Peor: No tener  cincuenta páginas más para seguir leyendo. Aunque muchas veces, ya sabéis, lo bueno, si breve…


   A cuidarse. 

viernes, 18 de octubre de 2013

Dies irae

Dies irae, César Pérez Gellida, Suma de Letras, 2013
Tras el rotundo éxito de Memento mori llega la segunda parte de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, Dies irae, en la que recuperamos la trama que dejamos en Valladolid y los personajes que perseguimos por media ciudad para intentar aclarar qué ocurrió y quién es quién en este caos.
Trieste y Belgrado son esta vez los escenarios en los que Augusto Ledesma, Carapocha e hija, Ramiro Sancho y Orestes juegan a polis y cacos, cada uno con sus armas y sus ases en la manga.
Si en la primera novela nos quejábamos de que parecía el fruto rápido de una gran idea, si le poníamos peros a alguna descripción, a las localizaciones forzadas, al lenguaje demasiado casual y a algunos temas que se planteaban por encima y quedaban colgados al final, Dies irae es el resultado del crecimiento como escritor de César Pérez Gellida.
Un ritmo más controlado, lento al principio y que va variando cuando los acontecimientos lo requieren; un evidente cuidado en el lenguaje, revisado y corregido minuciosamente (incluso permitiéndose algún regate léxico); un análisis más detallado de cada uno de los personajes principales que nos ofrece la posibilidad de entender, incluso empatizar en algún caso; los saltos temporales; el puntito gore que todo asesino en serie merece; el juego de planos; el componente histórico y el trabajo que eso conlleva de documentación; la red de tramas argumentales; las alusiones literarias (metaliteratura); y por supuesto, la música elegida… hacen que esta obra sea muy muy buena. Sí señor!
Entenderéis que no destripe el argumento para no estropear la lectura a muchos, pero diré que sólo por el final este libro merece ser leído. Me ha parecido grandioso.
Esperamos con ansia el desenlace final en Consummatum est.
Leedlo sin ninguna duda porque no os va a defraudar
P.D. : grande la alusión de Cayetano y Paquirrín… muy grande
P.D. : la editorial ha mejorado en la encuadernación, tanto que ahora cuesta abrirlo!
Esta reseña va firmada a medias entre Carolina y yo, que nos hemos perseguido página a página.

Virginia

lunes, 14 de octubre de 2013

Os propongo un pacto....

Empezamos este rincón hace casi cuatro años. Desde entonces, hemos compartido aquí nuestros descubrimientos y nuestras decepciones. Intentamos transmitir nuestro entusiasmo por aquello que creemos que merece la pena, y ayudar a difundir aquellos títulos que mejoraron un trocito de nuestra vida. Es, en resumen, una muestra de nuestra pasión por los libros. A los que me han acompañado en esta travesía, quiero darles las gracias, por no dejarse vencer por el desánimo, porque no siempre en esta profesión es fácil no caer en la rutina, por recordar que cada principio es una promesa, y por entender su labor de faro para todos aquellos que navegan en aguas oscuras. Y a todos los que nos han leído, ya sea por amistad, por casualidad o por gustos compartidos, agradecerles su confianza y su paciencia, que nos han llenado de alegría.
Comienzo una nueva etapa lejos de vosotros, pero quiero proponeros que este siga siendo nuestro lugar de encuentro. Esto conlleva un compromiso, porque no podré saber que estáis leyendo si os hacéis los remolones y no me lo contáis. Porque seguro que seguimos encontrando lecturas que compartir, con acción suficiente para convencer a Óscar, a Virginia o a Carolina, y con suficiente pátina gafapasta para que pase mi criba. Y ahí están esos grandes éxitos que a todos nos gustaron, como "Marcas de nacimiento", "La habitación" o "Yo confieso", hitos en nuestro colectivo lector. Ojalá Ana, Carolina o Noelia volvieran a sumarse a nosotros. Y si no, pues no importa, porque, si queréis, nosotros nos seguiremos encontrando aquí.
Muchas, muchas gracias por todo).