lunes, 9 de septiembre de 2013

Coral Glynn

Peter Cameron, Libros del Asteroide, 2013.

Releo antes de empezar a escribir la reseña que hice en este blog de Algún día este dolor te será útil, la obra anterior del autor, y me doy cuenta de que fui muy tibia en mi recomendación, pese a que me dejó huella suficiente como para empezar Coral Glynn según llegó a mis manos.
La protagonista que da título a la obra es una enfermera a domicilio que acude a una casa de un pueblecito inglés para cuidar de la moribunda señora Hart. Estamos a principios de los 50 y en la casa habitan también el comandante Clement Hart, hijo de la enferma, herido en la guerra y que arrastra una cojera y profundas quemaduras en su cuerpo, y la señora Prence, que hace las veces de cocinera y de ama de llaves y que no traga a Coral desde el principio. Clement intenta acercarse suavemente a Coral, y cuando fallece su madre, la propone matrimonio; a partir de ahí, todo se irá complicando.

Me resulta difícil describir el libro. Los personajes están muy solos y oscilan entre el sufrimiento y la resignación. Varias casualidades se encadenan y como consecuencia son cada vez más desgraciados. Sin embargo, algunos tienen segundas oportunidades que no saben aprovechar, y en buena medida, es la pasividad que muestran la que determina su camino. Coral se siente a menudo abrumada, y tiende a no enfrentarse a las dificultades, a obviarlas (lo que en parte es comprensible, puesto que tuvo una infancia marcada por muy poco afecto, e incidentes posteriores la llevaron a desconfiar de los hombres), por lo que sistemáticamente dificulta toda posibilidad de mejora en su vida. A la vez, todos son personajes muy tiernos, con una gran necesidad de ser amados, y que intentan demostrar amor en la medida de sus posibilidades, pero les falta la energía suficiente para vencer los inconvenientes a los que se enfrentan. Me enternecen especialmente Robin y Dolly, el matrimonio amigo de Clement, él, compañero del comandante desde la infancia y enamorado de Clement desde su juventud, y ella, intentando sacar adelante un matrimonio con un hombre que sabe que no la ama.

Todo el libro tiene un toque de ternura y fatalidad, pero también hay un elemento oscuro y turbador, una amenaza, intensificada en un episodio en un bosque que escenifica la tortura de una niña en manos de otro niño, y que luego aparecerá descuartizada; pero de manera vaga y constante flota en el aire, como la certeza de que nada podrá salir bien. En este sentido, si os apetece, una tarde charlamos sobre el final, sobre si es o no esperanzador. Y me gusta especialmente la originalidad de algunas descripciones, la manera en que Cameron encuentra las palabras para crear en nosotros una imagen exacta; un ejemplo: al abrir el cajón de la mesilla de la anciana muerta en la que ahora será su habitación de matrimonio, Coral encuentra "una figurita de madera del Niño Jesús, a la que le faltaba el brazo izquierdo, estaba pegada a un caramelo sin envoltorio".

Creo que a estas alturas ya sabéis que a mí me ha gustado y que os lo recomiendo :)

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