Gonzalo Hidalgo Bayal, Tusquets, Colección "Andanzas" 2011.
El año pasado (aunque no sé si fue hace dos...) leí Campo de amapolas blancas y me
pareció tan buen escritor este hombre, que me llevé esta novedad sin pensármelo
dos veces. En este caso no es una novela sino que se trata de una recopilación
de relatos, no tan breves, que versan a cerca de temas muy diferentes. Todos
ellos tienen en común la vida personal de sus protagonistas contada desde su
propia óptica o desde la de algún testigo de primera mano.
No puedo dejar
de mostrar mi admiración por tres de ellos: “Kalé hemerá”, “Corzo” y “Monólogo
del enemigo”. En el primero la curiosidad te persigue con el joven profesor particular de griego a domicilio; en el segundo te mantiene en vilo ante la aparición de un ser misterioso y en el tercero te hace pensar de verdad: ¿hasta qué punto odiamos a una persona? ¿Llegaríamos a sentir pena por alguien que se ha pasado la vida intentando arruinar la nuestra? Los otros dos se me hicieron un poco largos pero con Hidalgo
Bayal sólo hay un problema: que escribe tan bien y hace una frases tan buenas,
que aunque no te esté interesando de lo que habla, sigues leyéndole por puro
placer. Consigue cautivarte con imágenes tan acertadas como, por ejemplo: “las
cicatrices calizas del suelo” entre otras. Es uno de los mejores narradores españoles
vivos que he leído.
Me gustaría
rescatar de entre sus páginas una máxima que dice así en boca de uno de sus
personajes: “Cada persona es para la otra, solamente lo que dice y lo cuenta,
cada persona es el relato oral de su autobiografía”. Ahí queda eso. Os animo a
que os acerquéis hasta esta obra y disfrutéis con la lectura tanto como lo he
hecho yo.
Noelia
No hay comentarios:
Publicar un comentario