Christopher Morley, Periférica, 2012.
Un buen libro para recomendar el 8 de marzo: cuenta la historia de Helen McGill, una mujer oronda y rozando la cuarentena que lleva las riendas de la granja en la que vive con su hermano Andrew. A éste le ha dado por escribir y tiene a Helen desesperada porque se pasa todo el día paseando, escribiendo, recibiendo cartas de editores... sin hacerle ni caso a la granja. Un día acude un señor que conduce un carromato de venta ambulante de libros, porque quiere dejar la actividad y ha pensado en Andrew como sustituto ideal. Helen se da cuenta que sería la perdición de su hermano, y para evitarlo, decide comprarlo ella con sus ahorros. Así que en ese mismo momento Helen se toma unas vacaciones y arranca el carromato, con el caballo y el perro, con un montón de libros y con el profesor Mifflin como maestro temporal de la profesión. A partir de aquí, aventuras, humor, mucha ternura y un inmenso amor por los libros le descubrirán a Helen que la vida tiene mucho más que ofrecer que su rutina de ama de casa.
A mí me ha gustado mucho. Es dulce, fácil de leer, provoca sonrisas - incluso alguna carcajada - y es ideal para los amantes de los libros (carretera, manta y libros: para todos los que han pensado alguna vez en cogerse un burro e irse por los caminos de Teruel...)
Os copio unas palabras sobre la opinión del señor Mifflin sobre el precio fijo:
Incluso los editores, los tipos que imprimen los libros, no se dan cuenta de que lo estoy haciendo por ellos. Algunos se resisten a darme crédito porque vendo los libros por lo que valen y no por los precios que ellos les ponen. Me escriben cartas sobre la política de los precios fijos y yo les respondo hablándoles de mi política del mérito fijo. Que publiquen un buen libro y ya verán cómo lo vendo a buen precio. ¡Eso les digo! A veces creo que nadie sabe tan poco sobre libros como los propios editores. Aunque supongo que es algo natural. La mayoría de maestros de escuela no conoce bien a los niños. (p. 43).
Leedlo, que merece la pena. ¡Ah! y muchas felicidades a todas las mujeres trabajadoras, y especialmente, a las todas las libreras que cada día combinan su pasión por los libros con coger peso, tener horarios complicados, aguantar a clientes malolientes, atender a su familia, tener su casa limpita, y las otras mil facetas que hacen de las mujeres auténticas heroínas. ¡Feliz día de la mujer trabajadora!
Estoy de acuerdo contigo, es una novela preciosa, cargada de valores que nos vendría bien recuperar, los personajes son auténticos disfruté mucho con ellos.
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