Signatura 400, Sophie Divry, Blackie Books, 2011
Este libro me llamó
la atención desde que llegó a nuestra tienda, y cuando por fin lo he leído puedo y debo decir que merece la pena pasear por 112 páginas
sin desperdicio.
Lo primero
reseñable es su edición. Los libros de Blackie Books tienen una estética
peculiar, tapa dura agradable, ilustraciones curiosas y mucho mimo. Últimamente
cuesta encontrar una portada tan bonita y tan sencilla como ésta.
Signatura 400 es un libro de libros, lectores y
bibliotecas (extensible a librerías, si se me permite). Su única protagonista
es una bibliotecaria de provincias, maniática, solitaria, adicta al café y al
orden, sufridora del desamor y sin nombre…
El argumento es su
monólogo, un diálogo mal entendido con un lector que se quedó encerrado en el
sótano, en su sección, Geografía. ¿Curioso, no?
Es una mujer de
filias y fobias, “colocadora de libros” desde hace 25 años, que lee mucho,
defenestra los best-sellers y los deuvedés; admira a Dewey y su calificación (actualmente
convertida en la CDU ),
porque ser bibliotecario es ser obediente con el orden; idolatra a Maupassant y
detesta a Balzac, por no hablar de su odio incondicional hacia todo arquitecto
que diseñe un sótano como el suyo.
Con su “perorata”
recorre la evolución de las bibliotecas, parte de los grandes literatos
franceses, la Revolución
de 1789 y el “sin Dios” de tener una signatura vacía, el número 4 de la
clasificación temática, la que pone nombre al libro y a su desasosiego.
Es un libro rápido,
cortito y muy entretenido. Quizá la protagonista no tiene nombre porque ella
podríamos ser cualquiera de nosotros (todo el que esté rodeado de libros por
una u otra razón). Destaca su cultura, la amargura y la soledad, su amor por
los libros y la intensidad con que vive, su humor y su toque de mala leche.
Desde luego es un
libro genial, aunque ya he oído alguna que otra crítica, pero para mí leerlo ha
sido ir asintiendo a cada rato, reconociendo muchas de las situaciones que
narra (incluso dándole la razón) y porqué no, evocando a algún Lector. Muchas de las frases que he
encontrado no tienen desperdicio. Leed algunas y me entenderéis:
“Clasificar,
colocar […]. Meter libros en las estanterías y sacarlos, el cuento de nunca
acabar. No parece divertido ¿no?. Pero es lo que hay”
“Nunca estás solo
cuando vives entre libros”
“El lector sólo
viene a la biblioteca a desordenar”
Después de esto ¿no
os animáis?. Compañeros, leedlo, sinceramente.
Absolutamente
genial.
Lo mejor: café,
libros, lectores, orden y desorden ¿os suena?
Lo peor: nada
Virginia
Me lo apunto me lo apunto, sobretodo si tiene café y libros... me gustará jeje.
ResponderEliminarÓscar
Me encanta! Este librito es una autética delicia y suscribo todo lo que dices, Iris. Un descubrimiento!
ResponderEliminarÓscar Sancho
LIBRERÍA BENEDETTI. LAS ROZAS.
Feliz año, Óscar, y bienvenido a nuestro pequeño rincón de lectura! El descubrimiento es de Virginia, que es una gran lectora y, como ves, hila bastante fino. Un saludo!
ResponderEliminarIris.