Este cómic me ha resultado
sorprendente. Por su formato, que combina de forma simbiótica
viñetas y fotografías. Por su realismo, su crudeza, su sinceridad.
Es la crónica de Didier Lefévre, un
fotógrafo encargado de cubrir una misión de Médicos sin Fronteras
en Afganistán a mediados de los 80. Los mujahidines están en guerra
con los soviéticos. Un equipo francés parte en una caravana desde
Pakistán, cruza la frontera de manera ilegal y recorre los paisajes
hipnóticos que les conducen hasta el corazón del país, donde
montarán un hospital de campaña. En el viaje, el agotamiento
físico, el cruce de culturas, el peligro, la enfermedad y la muerte
serán compañeros constantes, y la sombra de la guerra, la barbarie,
un eco siempre presente.
Es impactante. Duro y real. Es
auténtico y toca la fibra.
Me parece muy adecuado para ese amigo
que todos conocemos apasionado por el diseño, el cómic o la
fotografía; y también para ese otro oenegeta, seguidor de causas
perdidas. Para aquellos a los que no les asusta ni lo nuevo ni lo
difícil. Para aquellos que no buscan la autocomplacencia y que
sufren con el dolor ajeno.
Es un libro arriesgado y me quito el
sombrero por todos aquellos que han apostado por él. Ojalá consiga
la repercusión que merece.
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