domingo, 17 de octubre de 2010

Menos que cero


Menos que cero, Bret Easton Ellis, Mondadori, 2010
Bret Easton Ellis, conocido sobre todo por American Psycho, es unos de los mayores exponentes de la literatura norteamericana. Menos que cero, escrita en 1985 y reeditada este año, es, en definitiva, uno de tantos retratos de la llamada Literatura de los 80.
Es una novela dura, fría, sin concesiones. En ella conocemos a Clay, junto al resto de sus amigos, un joven adinerado, caprichoso y entregado a una vida al límite. Sus días transcurren entre fiestas, coches de lujo, cocaína y música.
Antecedente o inspiración de series televisivas, películas y libros posteriores, en Menos que cero se describen las universidades del sur de California, las primeras cabinas de rayos UVA, la MTV, Beverly Hills, Elvis Costello (del que toma prestado el título de una canción como nombre del libro), y la homosexualidad al descubierto.
El tono de descontento, apatía e impersonalidad hacen del libro algo lejano. La mirada de desencanto del autor hace percibir que no hay esperanza para esos chicos, futuros cadáveres (tal y como aparece en algún párrafo), con los que no llegas a empatizar porque no quieren permitírtelo.
Es una novela breve, rápida, de frases cortas, directas y sencillas. Salpicada de diálogos, a veces sin sentido (como sus propias vidas) y frases que obsesionan al protagonista y que repite compulsivamente: “¿Qué es lo que importa?”. Lo que importa es la representación de esas vidas hechas pedazos, sin futuro y sin ilusión.
Demasiado duro, a mi gusto. Te deja sensación de tristeza o compasión por ellos. Será que en pantalla, grande o pequeña, todo parece más bonito, más luminoso, menos real.
Virginia

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