domingo, 10 de octubre de 2010

La feria del mundo


La feria del mundo, E.L. Doctorow, Miscelánea, 2010
E.L. Doctorow es reconocido como uno de los mejores autores anglosajones del S.XX, tanto que hace unos días entraba en las quinielas para ganar el Premio Nobel de Literatura 2010. Hasta ahora no había leído ninguna de sus obras, pero después del éxito que entre mis compañeras ha tenido Homer y Langley, me decidí.
La feria del mundo es un recorrido por la historia de Estados Unidos en los difíciles años 30, con Nueva York como protagonista y con Edgar como maestro de ceremonias. A través de sus recuerdos infantiles el autor nos lleva al Bronx, a la Gran Depresión, la Exposición Universal, el inicio de la Segunda Guerra Mundial y la aparición del enorme zeppelin alemán.
Edgar se recuerda como un niño asustadizo, lleno de traumas y complejos que consigue salir a flote gracias al mimo de su familia. Poco a poco comienza a descubrir sus capacidades, a disfrutar de nuevas sensaciones, de éxitos en la escuela, de los primeros escarceos amorosos con Meg… Su mirada es la de un niño fascinado con una ciudad que nunca deja de sorprenderle, desde la tienda de música de su padre hasta el metro, los puestos ambulantes o los buhoneros que les salen al paso cuando recorren Manhattan. Nueva York y él crecen juntos, cambian a la vez: Edgar avanza hacia la adolescencia, mientras que la ciudad lucha por sobrevivir a la crisis económica y a las primeras esvásticas. Pese a todo quizá sea una visión edulcorada de lo que fue, como casi siempre que hacemos memoria de un tiempo pasado, pero sin duda es una gran novela de costumbres que nos transporta a los primeros años del siglo pasado con romanticismo y nostalgia.
Después de haber disfrutado con la obra tengo la sensación de haber leído una especie de Forrest Gump (película que me encanta), salvando las distancias.
Muy buena
Virginia

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