Chris Cleave, Maeva, 2010. A la venta en noviembre de 2010.
Little Bee huyó muy joven de la violencia y la muerte de su Nigeria natal, y al llegar al Reino Unido fue internada en un centro para inmigrantes. Durante dos años concentró sus esfuerzos en aprender perfectamente el idioma, consciente de que sólo ser muy guapa o hablar bien pueden ayudarte si eres extranjera. Una vez liberada busca a los dos únicos ingleses que conoce por un episodio del pasado: el matrimonio formado por Andrew y Sarah. Pero cuando localiza su casa, Andrew se ha suicidado y Sarah y su hijo de 4 años Charlie salen para enterrarlo. Little Bee les acompaña, los días van pasando, y ambas tienen que enfrentarse al pasado que las ha unido.
Little Bee se esfuerza por comprender esta sociedad nueva para ella donde no hay amenazas constantes, donde las familias viven juntas y no hay escasez. A su vez, el contacto con Little Bee le recuerda a Sarah que la vida es un don precioso que desperdiciamos en cosas superficiales, y que tenemos responsabilidad con las desgracias que sufren otros seres humanos en muchas partes del mundo.
Una historia de amistad y lealtad, que nos recuerda lo afortunados que somos por vivir en el mundo occidental, en un entorno pacífico. Una reflexión sobre el egoísmo y la entrega, sobre la voluntad y sobre nuestra capacidad de mejorar nuestro entorno.
Es importante destacar la facilidad con la que ignoramos que los inmigrantes que caminan por nuestras calles pueden ser refugiados de países donde el genocidio y la masacre suponen una rutina, y que la deportación implicará para ellos la muerte automática. Gente que huye de su lugar no ya para buscar una vida mejor, sino simplemente para conservar la que tienen, dejando atrás los cadáveres de sus seres queridos.
Lo mejor: la mirada de Little Bee sobre nuestra sociedad, y su capacidad para empezar de nuevo pese a todo lo vivido. Su valentía.
Lo peor: el amante, el primer encuentro con Sarah y la conversación de la cocina. Aunque entiendo su carácter de antagonista, aunque represente una voz real de la sociedad y la postura que adopta es verosímil y enriquece la narración, creo que tiene más entidad como prototipo que como personaje.
Mejorable: el título y la cubierta españolas. El título estadounidense es "Little Bee" y el inglés y australiano "The other hand" (en mi opinión, el mejor de los tres).
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