La delicadeza llega a nuestras librerías precedido de un gran éxito en Francia: “la novela de los diez premios”, nos anima la faja, evidentemente dirigida para aquellos que prefieren la cantidad a la calidad. Tiene un punto desconcertante perceptible desde el principio: “Nathalie era más bien discreta (la suya era una feminidad suiza, por así decirlo)”. Este tipo de adjetivación y el cuidado de la sintaxis generan un estilo musical y atractivo, que por otra parte tiene muchos altibajos. La novela está sembrada de momentos de humor y alcanza a veces cierta belleza, pero el texto adolece de una ligereza que hace difícil tomárselo en serio. Me parece escrito para ser un divertimento, pero no para ser recordado.
Nathalie conoce a François por la calle y se enamoran. Ambos forman una pareja muy bien compenetrada en la que todo parece sencillo. Pero François muere atropellado y Nathalie debe aprender a vivir con su duelo. Cuando vuelve al trabajo, su jefe, enamorado desde hace años de ella, piensa que es una buena oportunidad para un acercamiento. Nathalie tendrá que aprender a relacionarse de nuevo con su entorno y especialmente con los hombres.
Para mí, la pega fundamental de este libro es: no se puede ser perfecta, y Nathalie lo es. Todos los hombres de la novela están enamorados de ella. Todos sus compañeros quieren ganar su atención, conseguir algo de su tiempo, lograr ser amigos suyos. Tiene una familia sólida y muchos amigos. Sin embargo, Nathalie es modesta, Nathalie es sencilla y educada. Nathalie... no me acaba de caer mal, pero sí el narrador que todo el rato la alaba, que también parece enamorado de ella.
Mi impresión es ambigua: no me ha disgustado, tampoco me acaba de convencer. Creo que gustará a los lectores de Anna Gavalda y a muchos de Barbery, aunque éste es mucho más ligero. Quizá también a los de “La mecánica del corazón”. Adecuado para aquellos que busquen un libro fino que sea optimista y no muy denso.
Nathalie conoce a François por la calle y se enamoran. Ambos forman una pareja muy bien compenetrada en la que todo parece sencillo. Pero François muere atropellado y Nathalie debe aprender a vivir con su duelo. Cuando vuelve al trabajo, su jefe, enamorado desde hace años de ella, piensa que es una buena oportunidad para un acercamiento. Nathalie tendrá que aprender a relacionarse de nuevo con su entorno y especialmente con los hombres.
Para mí, la pega fundamental de este libro es: no se puede ser perfecta, y Nathalie lo es. Todos los hombres de la novela están enamorados de ella. Todos sus compañeros quieren ganar su atención, conseguir algo de su tiempo, lograr ser amigos suyos. Tiene una familia sólida y muchos amigos. Sin embargo, Nathalie es modesta, Nathalie es sencilla y educada. Nathalie... no me acaba de caer mal, pero sí el narrador que todo el rato la alaba, que también parece enamorado de ella.
Mi impresión es ambigua: no me ha disgustado, tampoco me acaba de convencer. Creo que gustará a los lectores de Anna Gavalda y a muchos de Barbery, aunque éste es mucho más ligero. Quizá también a los de “La mecánica del corazón”. Adecuado para aquellos que busquen un libro fino que sea optimista y no muy denso.
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