
¡Indignaos!, Stéphane Hessel, Destino, 2011 (Prólogo de José Luis Sampedro)
Hace meses que en España esperábamos su llegada. Las noticias de éxito y ventas en Francia pronosticaban una gran acogida, y las reseñas en los medios de comunicación ayudaban a crear expectación.
¡Indignaos! son 60 páginas sin desperdicio, llenas de sentencias, de verdad, de realidad y de rabia. Rabia por el inmovilismo cómodo en que vivimos, y rabia por saber a lo que eso nos lleva.
Hessel es un “joven” de 93 años que ya ha vivido su parcela de historia, que ha luchado por mejorar su mundo, por bajar al suelo a todos los que se vanagloriaban desde pedestales de poder y dinero; y que hoy, desde su retiro intranquilo, sufre y se indigna viendo como todo lo que él y su generación consiguieron, se infravalora. Nuestros anhelos pasan por nosotros mismos, nadie se para a pensar en que los avances sociales de la segunda mitad del siglo pasado se nos escapan sin darnos cuenta.
Hay que combatir, pasar a la acción, rebelarse. “La indignación es un valor precioso, basado en la fuerza y el compromiso”, la antítesis de la indiferencia. Pero hay que hacerlo alejados de la violencia y el terrorismo. La humanidad ha avanzado lo suficiente como para saber solucionar los problemas sin necesidad de invadir, masacrar o someter. Los “muros de Berlín”, “guantánamos” o “abu ghraibs” ya no tienen sentido (si es que alguna vez lo tuvieron). Y ahí tenemos a Gandhi, M. L. King o Mandela para demostrarlo.
Hessel, último superviviente de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), criado en los brazos del dadaísmo, de Proust, de Sartre y del Montmartre más esplendoroso no puede más y viene a decirlo, a advertirnos, de forma altruista, porque al final, sus gestas ya aparecen en los libros de historia. ¿Qué pondrán de nosotros?.
Leyendo el libro he recordado una canción con la que crecí, y que dice: “Yo también nací en el 53 (…) no me pesa lo vivido, me mata la estupidez, de empezar un nuevo siglo, distinto del que soñé…”.
Pensemos…
Virginia
"Que te puedo contar que tu no hayas vividoooo que te puedo contar que tu no hayas soñadoooooo " TEMAZO.
ResponderEliminarEn un viaje de ida o vuelta de bus me lo llevo y lo leo.
Óscar