martes, 1 de febrero de 2011
Diario de Ana Frank
Diario de Ana Frank, Ana Frank, Debolsillo, 2003
Lo leí hace años, pero como consecuencia de mi entrada anterior, he decidido recuperarlo de la estantería y leerlo de nuevo.
Ana escribió su Diario sin ninguna pretensión más que la de ocupar su tiempo y desahogar su cabeza. Era una niña espabilada, inteligente, llena de inquietudes, pero frenada por los acontecimientos. Y eso es lo que reflejan sus palabras: frustración, esperanza y miedo.
El Diario es, quizá, el mejor testimonio de guerra que ningún historiador podría haber escrito. Narra con asombrosa naturalidad las prohibiciones, las redadas, las cartillas de racionamiento, las estrellas cosidas a la ropa, la huida, los escondites…Y lo hace desde la mirada de una niña de 13 años, pero con la conciencia de lo extraordinario de la situación. Sin embargo no se trasluce de manera tan obvia la angustia que nos producen otros libros o películas ambientadas en los mismos años.
Quizá las “reelaboraciones” que ella misma hizo, o las de su padre (guardián del diario hasta su muerte), la traducción, o las diferentes ediciones que han ido apareciendo, le han convertido en un libro de vocabulario demasiado elaborado para una niña.
Y llegamos al final del diario (forzado por su arresto) con un epílogo que nos informa del destino de cada uno de los protagonistas, escondidos en La Casa de atrás, de los que tan sólo su padre sobrevivió, y gracias al cual Ana Frank se ha convertido en lo que es.
Un clásico
Virginia
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