La llave del destino

La llave del destino, Glenn Cooper, Grijalbo 2012

       Tranquilos que no nos ha pasado nada, seguimos vivos todos pero los exámenes, los trabajos o las altas temperaturas han mermado nuestra fluidez lectora, pero hemos vuelto.

Mi primera aportación es absolutamente veraniega, creo recordar que los dos primeros libros de Cooper los leí también entre baño y baño de piscina, y es un libro muy para ello, entretenido, os cuento: ésta es la historia de dos amigos, que haciendo un día alpinismo encuentra la entrada a una cueva, parece una cueva normalita, de las del montón, pero a pesar de las negativas de su amigo, Luc se adentra en la cueva y descubre fascinado que la cueva esta llena de pinturas rupestres con una calidad nunca vista. 

Luc, que casualmente es arqueólogo, consigue una subvención para estudiarla concienzudamente y se rodea de un equipo de profesionales para hacerlo. Al ir al pueblo más cercano de la cueva para comenzar los trámites se dan cuenta que son tratados de una forma extraña, los habitantes de ese pequeño pueblo los rechazan, no les apetece ver como su tranquilidad es alterada. Pero detrás de ese rechazo hay mucho más, habrá gente capaz de hacer todo para que no encuentren lo que esa cueva alberga en su interior…

De nuevo Cooper cumple su propósito de hacer un libro entretenido, con una nueva historia, nuevos personajes alejados de sus dos primeras novelas nos sigue llevando por distintas épocas, desde la prehistoria donde nos muestra a los creadores de las pinturas, hasta el siglo XIV donde la cueva se convierte en centro de un misterio que podría alterar los cimientos de la existencia humana... y ahí lo dejo, porque si hago como la sinopsis del libro, me cargo el argumento, no la leías empezad directamente con la página uno sin más.

Para todos los que buscan una historia repetida pero entretenida, para tardes de piscina y calor, para demostrar una vez más que leer es un gran placer.

Lo Mejor: Entretener y subir la tensión en cada capítulo, aunque nos haga esperar.

Lo Peor: Lo que tarda el autor en meternos en la historia, hasta la página 200 este Cooper cada vez se me estaba pareciendo más a Marc Levy.

Sed buenos.