Atención: Marta Sanz ha sido, en lo que llevo de año, mi gran sorpresa.
Arturo Zarco es un detective
que ha perdido a sus amores: a Paula, su mujer, su conciencia, a la
que no para de oír dentro de su cabeza; y a Olmo, su joven amante.
Para reponerse, se toma unos días de vacaciones en la costa en la
mansión de Marina Frankel, un vieja amiga. Marina proviene de una
casa rica y le entretiene con copas a la orilla del mar e historias
sobre su familia: sobre su relación con su hermana gemela Ilse,
sobre las hijas gemelas de Ilse, sobre su madre y su hermana gemela.
Y en este matriarcado simétrico y a la vez disonante, el papel del
único hombre de la casa, el podólogo Marcos Cambra. Una espiral
cada vez más asfixiante que explota ante la repentina desaparición
de Marina...
En esta novela los
personajes son inteligentes, maquiavélicos, hipnóticos. Zarco tiene
además una constante tendencia a la ocurrencia, a la ironía, con lo
que el sentido del humor está siempre presente. Lo más destacado
es, en mi opinión, el magnífico uso del lenguaje de la autora, su capacidad de sugerencia, de belleza (grotesca en ocasiones),
de réplica. Para mí ha sido un auténtico hallazgo, y Zarco me ha
acompañado en estas últimas semanas en las que estaba agotada para
leer al ritmo habitual (mis disculpas si alguien ha echado en falta
más reseñas en el blog).
Marta Sanz: autora a la que
seguir muy de cerca, y recomendación firme para todos aquellos
aburridos de Kate Mortons y productos varios diseñados para
olvidarse y poder así repetirlos una y otra vez...
Magnífica.
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