“La metafísica de los tubos” , Amélie Nothomb, Anagrama, 2001
Confesando, una vez más, mi ignorancia, debo decir que mi conocimiento de la autora Amélie Nothomb era simplemente el colocar sus libros en las estanterías. Nada más.
Mi segunda confesión es que el título me dio miedo: “La metafísica de los tubos”; no me digáis que no asusta de primeras. Bueno, pues debo decir que la recomendación ha acertado de pleno, una vez más. Pedía en mi anterior post que necesitaba un libro que me enganchase y Nothomb lo ha conseguido ( tanto que ya tengo un segundo libro suyo entre las manos ) .
La metafísica de los tubos narra los primeros tres años de una pequeña que adora el agua y utiliza sus sentidos como su bien más preciado. Defendiendo la lúcida idea de que todo bebe es un simple tubo por el que entra comida y salen desechos, con la visión inocente ( o no tan inocente ) de una niña de tan corta edad nos pasea por las calles y las realidades del Japón de los años 70 del siglo pasado. Con estos ingredientes ya sería un buen libro, pero… no se vayan todavía… aún hay más.
Nothomb consigue engancharnos, haciendonos reír con las ocurrencias y pensamientos de la pequeña, algunos terriblemente maduros para no saber andar aún y otros definitivamente infantiles pero todos ellos narrados con una potencia de lenguaje que absorbe. Con un humor a veces hiriente la autora es capaz de hacernos necesitar conocer la próxima peripecia de la pequeña protagonista.
Altamente recomendable para todo el mundo por su picardía, por su admirable narración y por la plenitud de sus 139 páginas.
Lo Mejor: la atracción de la historia, su humor, su ironía, crudeza y sinceridad.
Lo Peor: acostumbrado últimamente a novelones de 700 páginas se me hizo muy corta. Lo cual no deja de ser bueno.
Óscar
Yo también he sucumbido a Nothomb y debo reconocer que estoy muy satisfecha de haberlo hecho: ha sido desde luego un gran descubrimiento. Me ha encantado esta novela y me quedo con un párrafo genial: "La visión de aquellas tres bocas sin cuerpo emergiendo del estanque para comer me dejaba estupefacta de repugnancia" y es que su episodio con las carpas, es sin duda, magistral. Continuaré descubriendo a Amèlie.
ResponderEliminarNoelia