La noche de los tiempos. Antonio Muñoz Molina. Seix Barral. 2009.
A punto estuve de abandonarla, pero la acabé. Ya he hablado aquí de mi manía por terminar los libros.
Fui a acunar entre mis manos el primer ejemplar de la nueva obra de Muñoz Molina, a diferencia de la mayoría de sus anteriores libros, esta “Noche de los tiempos” se preveía como una gran historia, larga sí pero suculenta y llena de matices. Ojeando la contraportada para ver en que historia me iba a adentrar, me recordó al “Corazón Helado”, sin duda la última gran ( me refiero a mas de 800 páginas ) novela que me he encontrado sin parecer aburrida; me apetecía empezar con ella.
Según iba pasando páginas, 25, 50 75… 115… iba dándome cuenta de que la historia se me estaba diluyendo entre las manos. Con un intento por el autor de mostrarnos medio diccionario de la RAE, exhibirnos descripciones eternas de temas insustanciales a la trama principal, demostrando que ha escrito con el diccionario de sinónimos al lado y no se ha resignado a poner uno o dos, sino toda la lista entera. Con un despliegue de subhistorias que te pierden una y mil veces sin razón alguna.
Con razón se ha ido a las casi 1000 páginas. Normal.
Si el protagonista es un arquitecto que vive una historia de amor con la guerra civil española de fondo.. porque no describir al mínimo detalle todos los edificios que proyecta en la Ciudad Universitaria de Madrid, porque no contar en docenas de páginas cada ladrillo, cada ángulo, cada material…
Creo que esa excesiva verborrea de detalles insustanciales hace que los personajes se pierdan entre las letras. No me transmiten una vida, una historia. Y eso que el tema y la época eran perfectos para eso. Cada vez que el autor intenta alardear de vocabulario destruye un poco mas a los personajes.
Me han apasionado otras historias de Muñoz Molina y ésta la describo, tristemente, como decepcionante. Me hubiera encantado que me apasionara. Una pena.
Lo mejor: las expectativas, el comienzo de la historia, la novela podía haber sido muy especial y emocionante. Lo que pudo haber sido y no fue.
Lo peor: la decepción, las palabras redundantes, el sentir que a un gran autor ( como a mi me parece Molina ) se le va novela de las manos.
Fui a acunar entre mis manos el primer ejemplar de la nueva obra de Muñoz Molina, a diferencia de la mayoría de sus anteriores libros, esta “Noche de los tiempos” se preveía como una gran historia, larga sí pero suculenta y llena de matices. Ojeando la contraportada para ver en que historia me iba a adentrar, me recordó al “Corazón Helado”, sin duda la última gran ( me refiero a mas de 800 páginas ) novela que me he encontrado sin parecer aburrida; me apetecía empezar con ella.
Según iba pasando páginas, 25, 50 75… 115… iba dándome cuenta de que la historia se me estaba diluyendo entre las manos. Con un intento por el autor de mostrarnos medio diccionario de la RAE, exhibirnos descripciones eternas de temas insustanciales a la trama principal, demostrando que ha escrito con el diccionario de sinónimos al lado y no se ha resignado a poner uno o dos, sino toda la lista entera. Con un despliegue de subhistorias que te pierden una y mil veces sin razón alguna.
Con razón se ha ido a las casi 1000 páginas. Normal.
Si el protagonista es un arquitecto que vive una historia de amor con la guerra civil española de fondo.. porque no describir al mínimo detalle todos los edificios que proyecta en la Ciudad Universitaria de Madrid, porque no contar en docenas de páginas cada ladrillo, cada ángulo, cada material…
Creo que esa excesiva verborrea de detalles insustanciales hace que los personajes se pierdan entre las letras. No me transmiten una vida, una historia. Y eso que el tema y la época eran perfectos para eso. Cada vez que el autor intenta alardear de vocabulario destruye un poco mas a los personajes.
Me han apasionado otras historias de Muñoz Molina y ésta la describo, tristemente, como decepcionante. Me hubiera encantado que me apasionara. Una pena.
Lo mejor: las expectativas, el comienzo de la historia, la novela podía haber sido muy especial y emocionante. Lo que pudo haber sido y no fue.
Lo peor: la decepción, las palabras redundantes, el sentir que a un gran autor ( como a mi me parece Molina ) se le va novela de las manos.
Óscar
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