Rodrigo Fresán, Mondadori, 2009.
Rodrigo Fresán firma la primera crítica que leo cuando compro los periódicos del sábado. Con frecuencia, previamente me han llamado la atención los libros que reseña, y a veces incluso los he leído antes de que se publiquen sus palabras. Aunque no comparto su inclinación por la ciencia ficción y la novela negra y de terror, admiro su capacidad lectora (ha leído mucho, y ha retenido mucho de lo leído) y su estilo a la hora de acercar a los demás a los textos que elige.
Rodrigo Fresán me cae bien. No tengo más motivos que lo que he leído de él, que es, proporcionalmente a lo que publica, muy poco. Pero es de los pocos que no decepciona. Hace tiempo me acerqué a "Mantra" y tuve que dejarlo, a mi pesar, porque exigía una dedicación que en ese momento no podía prestarle.
Ahora ha publicado una nueva novela: "El fondo del cielo". En tapa dura. Ineludible.
He tardado tres semanas en leerla. Los que me conocen saben que es un período extrañamente largo para mí: si me gusta, leo muy rápido. Si no me gusta, abandono. Pero no suelo insistir.
"Te encuentres donde te encuentres, cerca o lejos, si puedes leer esto que ahora escribo, por favor, recuerda, recuérdame, recuérdanos así".
Principio impresionante, ¿no os parece?
He tardado tanto porque me gusta y a la vez, me disgusta. Porque dice muchas cosas interesantes con un estilo francamente complicado (para mí). Porque es denso, y no siempre consigo la concentración que hace falta para poder seguirle. He tardado tanto porque sabía que no podía dejarlo, que sería un libro memorable, que entrábamos en un mundo distinto.
Y como os podéis imaginar, no se puede resumir. Así que me limito a dejar algunas notas para poder recordarlo: Ezra Leventhal e Isaac Goldman. Los Lejanos. Hombres de nieve. Recuerdo y pasado. La caída de las Torres Gemelas. Evasión. La guerra de Irak. Un proyecto salvador. Renuncia. Rothko. Soledad. Muchos finales y muchos fines de muchos mundos.
Leedla. Es trascendente.
Iris.
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