En 2011, el efecto de la
Primavera Árabe se dejó sentir en Siria. Unos estudiantes que hicieron pintadas
en los muros de su instituto fueron detenidos y torturados. Ante la reacción
desmedida, miles de sirios salieron a la calle pidiendo justicia, libertad y
reformas en manifestaciones duramente reprimidas, en las que el ejército abrió
fuego. Las tensiones se fueron extendiendo en todo el país.
En este marco, Akhtar inicia la
novela en agosto de 2011. Mika al-Hussein, el mejor agente del Mujabarat, la
Inteligencia Militar Siria, ha desertado porque no acepta que el ejército esté
atacando a civiles sirios. Su rechazo es compartido por otros militares y
líderes locales, y gracias a una amplia red de contactos veremos que Mika
intenta organizar una resistencia que pueda ser considerada una oposición seria
y realista frente a Bashar al-Asad. A través de la CIA y de un periodista
estadounidense Mika intenta lograr ayuda de Occidente, porque no cuentan con
armas ni recursos para formar un ejército alternativo; pero la respuesta se
demora. Sus hombres se impacientan, viendo cómo sus pueblos son bombardeados a
diario. Los muertos se suceden y la presión es cada vez mayor. Asad cuenta con
el apoyo de rusos, chinos e iraníes; al-Asad mantiene un discurso en el que se
presenta como elemento estabilizador en una región tomada por los yihadistas.
Cuando el Estado Islámico ofrece a los hombres de Mika medios para la guerra,
algunos de sus hombres se unirán al Daesh…
Novela trepidante, de ritmo muy
rápido, persecuciones constantes, tiroteos, bombas, espionaje… Es un buen acercamiento
al origen del conflicto. Akhtar ficciona muy pegada a la realidad: si uno
rastrea por internet descubre que muchos de los sucesos narrados ocurrieron
como se cuentan, que muchos de los nombres ofrecidos son los de sus protagonistas
reales; narra, eso sí, desde una posición muy marcada a favor de los rebeldes
moderados y en contra del clan al-Assad, y transmite una crítica a Occidente
por no ayudar a un pueblo que está siendo masacrado. Mete a su protagonista en
una historia de amor que es, en mi opinión, lo más forzado de la novela, pero
que supongo que quizá la permite llegar a un público más amplio. Damasco,
Estambul, Beirut… muchos escenarios y muchos personajes para narrar un
conflicto complejo, que en realidad supera las fronteras de Siria y es un
asunto internacional con factores religiosos, étnicos, económicos y políticos que, seis años después, continúa sin solución.
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