Helena es una prestigiosa pintora
de 70 años que vive en Australia y tras décadas de exilio regresa de
vacaciones a España con motivo de la boda de su nieta. Desde joven arrastra
complejos sentimientos que surgieron a raíz del asesinato de su hermana mayor
cuando ésta tenía 27 años y Helena tan sólo 22. De carácter independiente, la
necesidad de libertad y de apurar la vida hicieron que abandonara a su marido y
a su hijo hace décadas, y el retorno la enfrenta con una familia a la que
apenas ha tratado. Al regresar a Madrid una prima le entregará dos cajas que su
madre, fallecida hace años, había dejado preparadas para ella. Abrirlas será un
viaje hacia el pasado que tanto se ha esforzado en olvidar, y tendrá que
enfrentarse a muchos interrogantes, como quiénes fueron sus padres, cómo eran
sus vínculos familiares, y qué le sucedió a su hermana, cuyo crimen quedó sin
resolver.
Dos son para mí los hallazgos de
la novela: la protagonista, una mujer mayor de tremenda vitalidad, fuerte,
independiente, de esos roles que uno rara vez encuentra en la literatura; y sus
reflexiones sobre pintura cuando Helena da consejos a un joven artista que busca
su aprobación, que nos presentan las diferencias del arte respecto a la
literatura, y que nos ayudan a entender qué es relevante en un cuadro, qué se
quiere transmitir, ya que no admite ni metáforas ni generalizaciones.
La novela está narrada en varios
tiempos, alterna la etapa actual con distintos momentos del pasado, en parte
evocados por los objetos de las cajas, en parte porque el narrador omnisciente
nos va dando pinceladas de la vida de sus padres, en lo que son para mí los dos
esquemas más forzados de la novela: por un lado, la múltiple información a la
que tiene acceso el lector que Helena desconoce (cómo fue la juventud de sus
padres, cómo se desarrolló su matrimonio…) y por otro, la lentitud con la que
se desgrana el contenido de las cajas, algo difícil de entender porque no son
tan grandes, contienen fotos y carpetas cuya lectura en profundidad puede
llevar algo más de tiempo pero que en una primera ojeada deberían descubrir sus
secretos.
Novela
ágil, de ambientación bien construida en el tiempo – notable relevancia en el
argumento del germen y desarrollo de la guerra civil, y del papel del padre
como hombre de Franco en Marruecos - y
en el espacio – bellas descripciones de Madrid y sobre todo de la finca
familiar, La Mora, en Rabat – engancha y resulta entretenida. Me parece un acierto el
principio, y aunque a veces roza el folletín, la trama es tan interesante que
se gana ese margen.
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