domingo, 30 de septiembre de 2012

El Papa rojo.

El Papa Rojo, J.J. Benitez Planeta 2005


Lectura de vacaciones I, libros que nunca pense que me leería. 
Tengo la fea costumbre de leer todo lo que cae en mis manos, y estos son alguno de los títulos que me he encontrado "por ahí" en vacaciones.
 
A mí este hombre me ha vuelto la cabeza más loca de lo que ya estaba. Vamos por partes; que yo vi la novela y me pareció interesante, sí, confirmo. 
Que además me gusto como empezaba, sí, correcto. 
Que a mitad del libro se le va el panchito superior y se adentra en otra historia que no tiene nada que ver con la primera pero que (inocente de mí) yo creí que luego, al final todo pegaría en un maravilloso y estupendo final tipo "Que bello es vivir". Pues no.

Mirad, esto trata en sus primeros capítulos, que encuentran al Pontífice muerto en una capilla de San Pedro, ahí tirado a las tantas de la mañana y claro se arma la marimorena, las monjas corriendo de arriba abajo, los cardenales asustados que no saben si llamar a la policía o ponerse a rezar, que viene la policía y empieza a investigar y umm, no todo parece tan normal como que le ha dado un flus al Papa y se ha muerto. Bien contado, intrigante, pegadizo, hasta ahí bien.

Pero…luego empieza otra historia      
    Los 3 círculos; una organización secretísima cuyo fin es suplantar a un cardenal “papable” y conseguir la silla de San Pedro en el Vaticano (aún no se con qué fin), dirigir la jerarquía católica, nada más y nada menos.
     Estructurada, como su propio nombre indica, en 3 círculos de intervención encargados  de distintas misiones para logar el objetivo final. Ninguno de los miembros del círculo tiene contacto ni conocimiento de los demás.
    La misión es denominada “Gloria Olivae”, tomando el nombre que las profecías de San Malaquías daban al próximo pontífice. 

Con buenas pretensiones pero no remata la faena, se queda a medias, te deja con el pensamiento de que al libro le faltan capítulos (y el que me leí estaba entero, lo prometo). Vamos que no es el mejor libro del autor. Que leeros mejor otra cosa. 

Lo Mejor: El comienzo.
Lo Peor: El resto y el tiempo perdido.

Sed buen@s.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Viva la vida. Los sueños de Ciudad Juárez

Baudoin y Troubs, Astiberri, 2011.

Me ha costado terminar este cómic. Me ha resultado desagradable. Sus dibujos son duros, el hilo argumental está apenas hilvanado. Pero una vez acabado, me pregunto si esta historia podía contarse de otra forma: porque cómo hablar de un lugar marcado hasta tal punto por la muerte, la desesperanza, la violencia, la pobreza y la explotación si no es con palabras secas, con frases cortas, con monosílabos, con dibujos sin color.

Baudoin y Troubs son dos dibujantes franceses que viajaron a Ciudad Juárez atraídos por su fama de punto fronterizo, de tierra de nadie. Durante meses, se dedicaron a recopilar los sueños de aquellos con los que se cruzaban, cambiándolos por retratos. Incorporan al texto lo que van leyendo en los periódicos, los saldos de muerte, las referencias a las maquilas, los niños huérfanos. La frustración y la falta de expectativas. Los narcos y los militares. Las ganas de dar el salto y cruzar a Estados Unidos.

Aparecen también muchas sonrisas. Las de aquellos que posan, los que cuentan sus sueños, los que piensan que el futuro traerá algo mejor. La cara positiva de un presente gris es la esperanza de un futuro luminoso. Pero pocos parecen creer que vayan a conseguirlo.

La sensación que me deja me recuerda, en parte ( y en mucha menor medida), al desgaste físico que me supuso leer 2666 de Bolaño, obra imprescindible hablando de la zona, nombrada al principio del libro, referencia que sobrevuela constante. Uno de esos libros que no creo que pueda recomendarse, y que cada uno debe decidir si quiere mirar en el pozo que supone. Y ahí dejo la reflexión: ¿sirve de algo que sepamos de esta situación si no podemos cambiarla? ¿o saberlo es el principio del cambio? ¿es nuestra obligación ser al menos testigos? ¿o podemos apartar la mirada? Yo no consigo definirme por una respuesta.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Lulú,Mujer Desnuda (2 vols.)


Étienne Davodeau, La Cúpula, 2010.

Retrocedo a leer obras anteriores de Davodeau después de que "Los ignorantes" se convierta en uno de mis libros favoritos del año (os lo he aconsejado muchas veces; ahora os digo que lo he regalado y ha tenido mucho éxito).

Encontramos a un grupo de personas sentados alrededor de una mesa. Luego sabremos que son amigos de Lulú y que están preocupados por su ausencia. Y es que un día, después de la enésima entrevista de trabajo que sale mal, Lulú se ve sin fuerzas para volver a casa. Echa a andar, y sigue, y sigue. Busca un hotel donde pasar la noche. En el restaurante se le acercará para charlar otra mujer que también cena sola. Lulú le dirá:

"No me gusta mi vida. Nunca ocurre nada. No sé si todavía amo a mi marido. Ha cambiado, a veces no lo aguanto. Menos mal que tengo a los niños. Pero a veces tengo la impresión de no ser más que una extensión de la cocina o la lavadora... A veces trato de imaginar qué cosas buenas podrían ocurrirme en los años futuros... y no veo nada".

Así que Lulú sigue alejándose de su casa, de la familia de la que necesita un descanso: de su marido chillón, de su hija adolescente, de dos niños de unos diez años. Sus amigos se preocupan y no saben cómo reaccionar. ¿Y si no vuelve? ¿Pero cómo no va a volver? Esta locura no es propia de ella. Y Lulú irá encontrando en su camino gente distinta, interesante, que le despierta sentimientos que tenía olvidados, con los que puede reír... Y se descubre también a sí misma, el espacio que necesita, la persona que era y la que es.

A mí me ha gustado mucho. Es una historia sencilla pero trascendente; porque todos conocemos a una Lulú y todos entendemos que la vida no tiene por qué ser ese castigo. Porque me gustan sus dibujos, y esta vez están a color y es un cómic muy agradable de leer. Porque son los amigos que todos querríamos tener, que están cuando hace falta, que hacen café y se sientan a escuchar cuanto sea necesario; y si hace falta, viajan, y espían, y mienten. Porque la heroína puede ser una mujer de mediana edad, no especialmente atractiva, y no solamente gente joven y divertida. Porque tiene unos secundarios geniales y porque Davodeau es uno de esos autores que uno no puede dejar escapar cuando lo encuentra.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Lo que no está escrito

Rafael Reig, Tusquets, 2012.

Carlos va a buscar a su hijo Jorge a casa de su exmujer Carmen para una acampada. Sin que ella lo perciba, le deja el manuscrito de la novela que acaba de escribir: "Sobre la mujer muerta". A partir de ahí, tres días y tres palos para el taburete: Carlos y Jorge en la montaña, Carmen leyendo e interpretando la novela, y la novela misma. Vamos viendo paralelismos: porque en el manuscrito aparece Toni Riquelme, un pobre tipo con ínfulas de grandeza, que lee a Shakespeare para llegar más lejos; y una niña pija, Beatriz Riquelme, tan guapa y tan distante... Nos recuerdan a Carmen y a Carlos, a cómo se conocieron, Carmen cree que se trata de ellos, porque ¿dónde busca un escritor su inspiración sino en su propia vida? Carmen siente ansiedad, una vaga sensación de amenaza, ¿será ella la mujer muerta? ¿qué le intenta decir Carlos con ese título y esa dedicatoria?

Para mí, esta novela va de interpretaciones. De cómo interpretamos el lenguaje y el comportamiento de los demás, de cómo nos contamos la historia a nosotros mismos. De cómo a veces acertamos y a veces no, y de las consecuencias que arrastran cada acierto y cada error de interpretación. Hay una parte explícita de interpretación textual, de cómo Carmen, editora, acostumbrada a identificar rápidamente los andamios de un relato, lee esta novela. Hay una parte metaliteraria en que personajes de la novela de Carlos parecen cruzarse con Carmen por la calle. Hay una parte borgiana en que nosotros, lectores, leemos a Carmen, lectora, leyendo una novela sobre sí misma. Y hay una parte de tragedia griega donde la incomprensión y el esfuerzo de los personajes no sólo no evitan la tragedia sino que la precipitan, como si los dioses (y qué es el escritor, sino un demiurgo, un creador que decide quién sigue y quién cae, quién disfruta la dicha y a quién le quita la vida) jugasen con nosotros.
Me gusta cómo escribe Rafael Reig. Porque tiene un lenguaje claro, en el que consigue (creo yo) decir lo que quiere, en el que afloran por igual la belleza y las manchas de la realidad. Porque cuando escribe reconozco mi entorno, porque son familiares los ruidos de fondo: el olor de la carnicería, el sonido del bar, el amanecer con la calle llena de basura. Porque somos tristes y somos mezquinos y hace mucho ya que vimos nuestro lado oscuro y tratamos de avanzar evitando nuestros fantasmas, aunque todos sepamos cuáles son y dónde están.
A mí me ha gustado mucho. Y aunque ya sabíamos -todos- que me iba a gustar antes de leerla, es un alivio constatar que así ha sido.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Misión olvido


Misión olvido, María Dueñas, Temas de Hoy, 2012
Después de tres años más que exitosos María Dueñas por fin publica de nuevo. Con los halagos aún recientes de El tiempo entre costuras, se aventura al mercado con una historia nueva, actual y un poco más breve pero a la que le auguro el mismo camino.
Me gustan estos relatos sencillos pero elaborados, estas vidas de mujeres que te atrapan y consiguen que sonrías en la última página.
Esta vez Dueñas se ha inventado a una filóloga, como ella y como yo (lo soy, aunque ni esté ni lo parezca), que desarrolla su profesión entre la docencia universitaria y la investigación (que es bastante más de lo que hacemos yo y otros congéneres vendedores de libros, y perdón por ponerme delante). Y en mitad de su vida, cuando la estabilidad debería marcar sus días, ve como todo se desmorona a la vez que su marido cierra la puerta por fuera con una mujer más rubia, más joven y más lozana. Superada por un fracaso que la deja enormes carencias decide huir lejos, lo más lejos posible, buscando refugio en su trabajo al otro lado del mundo. Y así, con la concesión de una beca en el bolso, viaja hasta California para clasificar la vida y la obra del profesor Andrés Fontana y, en la medida de lo posible, lamerse las heridas y olvidar… Si os cuento algo de los meses en las Américas os dejo sin libro, así que…
Es una obra suave, cuidada, como una matrioska que oculta una trama dentro de otra. En ella se habla de sentimientos, de soledad, de pérdidas y de amor. Atenta siempre al lenguaje, bonito y certero, con un narrador en off que nos dirige, dos líneas argumentales y unos diálogos potentes transmite tantas sensaciones como Blanca Perea es capaz de vivir.
Creo que lejos de dejarse llevar por los cantos de sirena de las ventas (que seguro tendrá) ha hecho el libro que quería hacer, un libro para ella; un pequeño homenaje a su profesión y a la Literatura; un reconocimiento a su amor por las letras a través de una mujer fuerte pero vencida, con poco o nada de la heroína de su obra anterior pero igual de victoriosa al final.
Genial. Redonda. Muy recomendable
P.D. Quizá no debería, pero me gusta María Dueñas
Virginia

jueves, 6 de septiembre de 2012

Cenizas

Álvaro Ortiz, Astiberri, 2012.

Tres amigos sorprendidos por la muerte de un cuarto, del que reciben las cenizas y un mapa con una cruz. Hace años que no se ven, pero a ver qué van a hacer: coger el coche, tirar millas y plantearse qué pintan ellos allí... Pronto sabremos que les siguen, que han cambiado desde que se conocieron, que la vida no les ha llevado donde esperaban. Un fantasma, un mono de circo, un banjo y una isla con ciervos: esta historia está llena de guiños; pero también, de esa fe que nos ata a nuestros amigos, que hace que pensemos que siempre que nos necesiten allí estaremos. No os puedo contar más sin destriparla, pero a mí me ha gustado mucho, ¿alguien más se anima?

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El puente invisible


El puente invisible, Julie Orringer, Lumen, 2010
Llevaba tiempo reservando esta lectura para el verano, para los ratos de sol (aún a riesgo de perder la vista con la letra de la edición de bolsillo) porque había leído buenas críticas y alguna que otra recomendación. Pero como pasa muchas veces no sé si era el momento de leerlo o que el tema ya está más que exprimido.
El París ocupado y la Europa convulsa de la Segunda Guerra Mundial son el escenario para la historia de amor entre dos húngaros emigrados que, viniendo de familias muy diferentes, acaban encontrándose, no sin dificultades, para ser felices y comer perdices. Clara es una excelente profesora de ballet rodeada casi siempre por la crème de la crème del artisteo parisino. Por otro lado, Andras, con una mano delante y otra detrás, se busca la vida como puede mientras se aferra a sus estudios de arquitectura como tabla de salvación futura.
Ella, su pasado y sus secretos; Él, sus problemas y sus miserias. Finalmente el amor triunfa, dejando cadáveres por el camino y huyendo de nuevo al otro lado del mundo, pero llevando la contraria a todos los que alguna vez dudaron de ellos.
Y no hay más. Un romance en medio de represiones, pobreza, huidas, violencia y problemas político-sociales. Pero esto lo hemos visto, leído y oído tantas veces que no sorprende ni conmueve.
Es verdad que se trata de un tema duro y real, pero en este caso me parece un “quiero y no puedo” de una historia bonita que no acaba de transmitir. No he conseguido que ninguno de los dos protagonistas me cayera bien, sufrir con ellos o que me emocionaran sus logros. Me ha parecido superficial y previsible, sosito, bastante sosito.
Pero bueno, el que quiera leer, una vez más,  una historia de amor en medio de una guerra ahí lo tiene.
Voy a cambiar de tercio a ver si hay más suerte.
Virginia