lunes, 16 de abril de 2012

La kamikaze


La kamikaze, Mayte Carrasco, La Esfera de los Libros, 2012
Mayte Carrasco es una de esas periodistas de guerra jóvenes que, como freelance, sobrevive por medio mundo intentando contar qué ocurre en las llamadas zonas de conflicto. Recién llegada de Siria, hace meses hemos podido verla en Telecinco, la Cadena Ser o El País cubriendo las sucesivas revoluciones árabes. Comprometida con Reporteros sin fronteras y experta en Seguridad, Terrorismo y Resolución de Conflictos decide dar el paso a la literatura con La kamikaze.
Siempre me han gustado los libros de testimonios, de trozos de verdad lejanos de la ficción que suele llenar los estantes. En esta novela se unen ambas cosas. Carrasco utiliza sus propias vivencias de la guerra para situar a Yulia en el Kabul de 2007 y contar todo lo que no cabe en dos minutos de conexión para cualquier informativo.
Yulia es una periodista por cuenta propia que se siente fracasada tras su reciente divorcio y posterior amante parisinos. Arrastrando su mala suerte, sumida en un estado depresivo cercano a la inconsciencia, decide viajar a uno de los lugares en los que las desgracias ajenas son mayores que las suyas. Sabedora de los peligros que alberga Afganistán para a una mujer joven, sin el amparo de una gran empresa y sin billetes suficientes para pagar chantajes, se adentra en el foco del terror. Busca esa gran noticia que la lance al estrellato, que solvente sus problemas económicos y adecente su maltrecha confianza. Es una kamikaze, lo confiesa, poco o nada la importa morir, pero aún así no se despega de su navaja, por si tiene que hacer frente a un suicida…”Kamikaze quiere decir viento divino en japonés, como esos pilotos de la armada imperial japonesa de la Segunda Guerra Mundial que se estrellaban contra objetivos americanos en el océano Pacífico”. Eso es Yulia.
La red de violencia, horrores, escuadrones de la muerte, corrupción y poder son el día a día de ciudades tomadas por fuerzas extranjeras diez años después. Y en los líos que supone querer encontrar la exclusiva de tu vida se mete nuestra intrépida reportera… A veces ni los amigos, ni el alcohol nocturno, ni los teléfonos satélites ni los chalecos antibalas son suficientes para salvar el pellejo cuando estás cerca de algo oscuro. Y ella sabía que lo tenía. ¿Saldrá viva?
La Kamikaze es, a mi entender, la manera de enseñarnos tantas historias que quedan atrás por miedo, por no caber en una crónica o por desinterés. Es un homenaje a los afganos, tan duros y tan bellos, sufridores siempre. Y es, por qué no, un toque de atención al periodismo, una crítica a la inmediatez, al morbo de la sangre y a la falta de recursos para proporcionar seguridad.
Tiene un ritmo rápido, intriga y verdadero espionaje sobre todo hacia la mitad de la novela, mezclando ficción y triste realidad con la capacidad de aligerar al lector tanta tragedia. Los capítulos breves, las historias personales y alguna ironía que otra te dan un respiro y casi sacas una mueca. Yulia consigue que vibremos con ella, que nos pongamos en su piel incluso cuando está metiéndose en la boca del lobo, pero luego, cuando coge el whisky y canta yo tengo un gozo en el alma graaaaande, te cae más que bien.
“Ninguna historia vale tu vida”.
Muy recomendable
Virginia

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