viernes, 30 de abril de 2010
Félix Romeo y Eduardo Punset
sábado, 24 de abril de 2010
Feliz Día del Libro
Todos ellos compartieron un rato de su tiempo con nosotros, algunos algo de su dinero. Hoy, otra cosa. Nuestros libros más baratos para celebrar que leer es divertido y que merece la pena. A vosotros, muchas gracias por el esfuerzo y la sonrisa. Para todos, feliz día del libro.
martes, 20 de abril de 2010
Leí "La elegancia del erizo" hace unos años y me sorprendió muy gratamente. Me daba pereza por los prejuicios que arrastraba hacia un libro que estábamos vendiendo muy bien. Sin embargo, me pareció original, divertido, profundo y fresco a la vez.
Pese a estar advertida de que mis primeras impresiones con esta autora no son fiables, volví a sufrir esa apatía cuando "Rapsodia Gourmet" llegó a nuestros anaqueles. Uf, su primer libro... uf, con esa ilustración de portada... Sonaba tanto a rescate oportunista de obra menor... Me lo regalaron dedicado por la autora, así que había que leerlo. Lo empecé el domingo y lo acabé el lunes. Y si no me lo bebí entero el mismo día fue porque el cansancio de un intenso fin de semana lo hizo imposible.
Barbery utiliza un lenguaje grandilocuente por el que inicialmente siento rechazo. Son las palabras de un gourmet que, en el lecho de muerte, intenta sin éxito identificar un sabor que le hizo inmensamente feliz. A la vez, los que le rodean reflexionan sobre la relación que mantenían con él. Fue un hombre muy odiado y muy querido, distante y cruel con frecuencia, y dejó una huella profunda en su familia. La alternancia de voces aligera un texto que sólo con la parte culinaria podría haber quedado pesado, aun cuando son los capítulos que más me han gustado.
Pierre Arthens es un genio culinario y un maestro de la palabra, y hace de la descripción un auténtico arte. Si uno creía que con dulce, amargo, salado y ácido se acababa su capacidad expresiva, descubrimos que hay multitud de adjetivos para recrear los alimentos: untuoso, friable, peguntoso, uliginoso... Cuando uno lee esta obra necesita comer, pero no sirve cualquier alimento. El refinamiento se transmite y requerimos exquisiteces. El lector no puede evitar, en su siguiente ingestión, masticar más despacio, buscar los matices, apreciar las texturas, reflexionar sobre ello.
Y es que Pierre Arthens hace de su placer toda una filosofía, y encuentra en el alimento frecuentes descripciones antropológicas: retazos de salvajismo, muestras de decadencia, avances culturales, retos, conquistas... Y su mayor logro es ser capaz de trasmitir su pasión en palabras, pues éstas son para él "receptáculos que recogen una realidad aislada metamorfoseándola en un momento de antología, magas que cambian la faz de la realidad embelleciéndola con el derecho de ser memorable...".
Léanlo, imprescindible. Todo un placer. Luego, si quieren, cenamos juntos.
lunes, 19 de abril de 2010
LOS HILOS DEL CORAZÓN
Y es que está tan bien escrito, con unas frases tan elaboradas, que es necesario volver sobre ellas para admirar su belleza y poder entenderlas, porque nada es lo que parece a simple vista y la mezcla de elementos cotidianos con sucesos mágicos en la vida real de esta familia, es el hilo conductor de esta genial aventura.
La historia se desarrolla principalmente en Santa Vela, un pequeño pueblo andaluz del siglo XIX, con todos sus misterios, secretos familiares, habladurías…en fin, todo lo que tienen los pueblos unido a una serie de sucesos mágicos inexplicables que nos recuerdan gratamente a Macondo, o a mi queridísima Comala. Y desde luego, hay reminiscencias de Lorca a lo largo de toda la obra: la muerte trágica, la importancia de la sangre, la noche como escenario propicio para la aparición de elementos mágicos…
La lectura es muy ágil, pues dividida en tres partes, consigue enganchar al lector a través de los títulos efectistas de sus breves capítulos, que anticipan lo que va a ocurrir, pero afortunadamente, logra sorprendernos cada vez que pasamos página.
Todos los personajes son a su vez protagonistas de la novela: poseen una especificidad que les hace únicos e inolvidables y del mismo modo, se ganan nuestro cariño o nuestra repulsa.
Y es que si algo nos deja en la memoria este libro es que la vida es eso, una gran manta que se va tejiendo poco a poco, hilo a hilo, y en la que vamos metiendo nuestros deseos, nuestras penas, nuestras frustraciones, y en definitiva a nosotros mismos.
Por si acaso todavía hay alguien a quien no le apetezca leer esta sensacional novela, le dejo las primeras frases del primer capítulo para acabar de convencerlo:
“Mi nombre es Soledad. Nací en el país donde los cuerpos se secan, con los brazos muertos incapaces de abrazar, y grandes manos inútiles. Mi madre tragó tanta arena antes de encontrar un muro tras el cual dar a luz, que la arena me pasó a la sangre. Mi piel oculta una larga ampolleta que nunca se vacía. Desnuda bajo el sol puede que se viera al trasluz ese fluir arenoso que me atraviesa. Algún día tendrá que volver toda esa arena al desierto”.
Noelia
domingo, 11 de abril de 2010
Pequeños cuentos misóginos
viernes, 9 de abril de 2010
El elefante de marfil.
El Elefante de Marfil. Nerea Riesco. Grijalbo 2010
Esta es la historia de una mujer, la historia de sus amantes, de su hijo… la historia de una familia poderosa de Sevilla en los finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.
Una historia familiar rodeada de los convulsos momentos que pasaba España en esa época, con la invasión de los franceses como telón de fondo en parte de la novela, pues la historia se va pasando de padres a hijos, nos bebemos la vida de esta gran mujer, Julia Lopez de Haro. Nacida en la alta sociedad sevillana y dueña de una de las mejores imprentas de la ciudad, con una fuerza y carácter digno de los grandes personajes que junto a “Mamita Lula”, su ama de llaves, una mujerona de raza negra que fue rescatada de la esclavitud por el padre de Julia y digna heredera del personaje de “mami” en “lo que el viento se llevó”, su marido León de Montenegro un hombre de mar que arribará definitivamente a puerto para llevar a cabo una misteriosa misión que comenzó siglos atrás de la mano de personajes históricos como Fernando III y su hijo Alfonso XII. Una trama envuelta en catedrales, planos, órdenes religiosas, asesinatos… y con el ajedrez como conductor del misterio.
Es la primera novela de Nerea Riesco que leo y me ha gustado. Por su agilidad por la cercanía a unos personajes muy bien definidos, con especial calidad en el caso de Doña Julia y Mamita Lula y una trama que queda bien situada en un segundo plano para dar protagonismo a la narración de la familia De Haro – Montenegro que es la que consigue que estemos pegados a la novela.
Si te apetece un buen culebrón familiar con guindas de misterios eclesiásticos y palaciegos es una muy buena opción.
Lo Mejor: el personaje de Mamita Lula y el final. Buen final ( por fin )
Lo Peor: la excesiva cantidad de nuevos miembros de la familia, que hace que no conozcamos a ninguno al 100%.
domingo, 4 de abril de 2010
LA LIBRERÍA
Pues sí, esta novela es la historia de Florence Green, una viuda emprendedora que compra la temida “Old House”: una casa muy antigua comida por la humedad del Mar del Norte, con un poltergeist incluido en el lote. Pero desde luego, lo del fantasma es el menor de los problemas a los que tiene que enfrentarse nuestra entrañable protagonista.
Nada es lo que parece y por supuesto, nadie es quien parece ser en esta historia: las buenas caras y las sonrisas, pronto se truncarán en una serie de obstáculos para la pobre librera.
Todos nosotros sabemos lo difícil que es abrir una librería (sobran los comentarios) y es por eso, que no podemos dejar de identificarnos con Florence hasta tal punto, que me hubiera encantado que fuera real para poder acudir en su ayuda, y decirle: “¡Ánimo Florence, sigue adelante, no te preocupes!¡Eres una mujer formidable!”
Con una prosa ágil pero sosegada, que es un verdadero placer leer, asistimos al día a día de esta librería de Hardborough, con sus transportistas, con sus clientes que descolocan los marcapáginas, con las miradas curiosas al escaparate, con la emoción por un nuevo pedido… en fin, una delicia para los que disfrutamos con este oficio.