miércoles, 3 de febrero de 2010

Remontando el Orinoco

Mathias Enard, Belaqua, 2006.

Me encontré con él en una librería de saldo. ¿Qué sentirá el autor cuando saldan su obra? Quizá lo acepte como inevitable, pero imagino que debe ser doloroso.

Mathias Enard era el único nombre que conocía de la mesa. Hojeamos en su momento "Manual del perfecto terrorista", divertidos, algo escandalizados. Me intrigó "Zona", pero me asustó su ausencia de puntuación, y aunque leí las entrevistas de los suplementos, no llegué a coger el texto.

Así que lo cogí, y lo he leído muy rápido. Os resumo: París, un hospital, una ola de calor. Ignacio, médico maduro, venezolano, casado y con una hija. Yuri, médico joven, ruso, apasionado, hastiado de la vida, en proceso de autodestrucción. Clara, enfermera, también de origen venezolano, perdidamente enamorada de Yuri o de la causa perdida que supone. Yuri e Ignacio congenian rápido en el ambiente gris que les rodea. Ignacio conoce a Clara a través de Yuri y cae obsesivamente enamorado, y entonces el amigo pasa a ser el rival.

Y después, pero desde el principio, Clara en el Orinoco, huyendo de un desenlace que intuimos grave pero que nos demoran. La búsqueda de los orígenes, la reconexión con la familia y con la tierra. El sentido de la vida, la rutina asfixiante, sus posibles salidas, la carencia de valor, la falta de objetivos. El cuerpo como forma de relacionarse, única válida, al margen de sus ocupantes. La medicina como castigo o como expiación.

Prosa densa, a veces pesada, de ritmo desigual. Tiene aciertos y tiene atractivo. Pero la estructura me resulta coja (¿por qué mirar a Yuri a través de los ojos de Ignacio, y sin embargo por qué dotar a Clara de voz propia? ¿por qué asentar un triángulo sobre sólo dos patas?), enlentece el proceso, creo que no acabo de apreciar la metáfora del río, y las partes de Clara me aburrían...


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