Libros de Luca, Mikkel Birkegaard, Suma de Letras, 2009
“Sin lectores, los textos no dicen nada. Necesitan de, al menos, un lector. Entonces seguramente hablan. Y cómo… No sólo hablan, también susurran, incluso algunos gritan”.
Esta frase es un buen motivo para acercarse al libro, ¿no?. Al fin y al cabo, todos los que andamos por aquí vivimos rodeados de ellos.
Pues por esto, y por alguna recomendación más me decidí a leer Libros de Luca.
Libri di Luca es, aparentemente una simple y pequeña librería del centro de Copenhague. Pero su interior alberga, además de cuidadas joyas literarias, la sede de la Sociedad Bibliófila, compuesta por “lectores” y “receptores”, personas capaces de influir en los sentimientos y en los pensamientos de otros a través de la lectura. “Todos los amantes de los libros saben del poder de la palabra escrita, pero no se imaginan hasta dónde puede llegar”.
Luca Campelli es, además del propietario de la librería, uno de los miembros más destacados de la sociedad. Tras su muerte en extrañas circunstancias, será su hijo Jon, prometedor abogado, el encargado de continuar al frente del negocio. Gracias a esto, y a una serie de violentos sucesos, descubrirá sus capacidades como Lector, como miembro de la Sociedad, investigará la muerte de su padre e intentará mantener a salvo la librería enfrentando los ataques provocados por algunos miembros “excluidos” del grupo desde hace años. Para ello pondrá en peligro su propia vida.
Se trata de una historia fresca, ágil, que atrapa desde el principio, rodeada de personajes entrañables, excéntricos, peculiares, de referencias a obras literarias de todos los tiempos, a la dislexia: “¿Una disléxica como dependiente en una librería?” (quizá me haya gustado más el libro por este guiño a los sufridores de los elementos en desorden entre los que me encuentro… y sí, podemos trabajar en una librería aunque a veces cambiemos el orden de las cosas)…
Une de forma liviana una trama policíaca, tan de moda en los países nórdicos, con profundas reflexiones sobre la literatura y los libros. Parece como si el autor quisiera no seguir la línea marcada de Mankell o Larsson, e imprimir al género un toque original y quizá no tan superficial. Una vuelta de tuerca más, a mi entender muy acertada…
Y, por último, no puedo terminar sin reconocer que leyendo este libro, adentrándome en Libri di Luca, he paseado por Oporto, hasta la Librería Lello e Irmao, que una buena amiga y compañera me recomendó hace tiempo, con su escalinata, sus estantes llenos de libros, su ambiente, su decoración… y a la que seguro tengo una visita pendiente en algún momento.
Muy recomendable
Virginia
“Sin lectores, los textos no dicen nada. Necesitan de, al menos, un lector. Entonces seguramente hablan. Y cómo… No sólo hablan, también susurran, incluso algunos gritan”.
Esta frase es un buen motivo para acercarse al libro, ¿no?. Al fin y al cabo, todos los que andamos por aquí vivimos rodeados de ellos.
Pues por esto, y por alguna recomendación más me decidí a leer Libros de Luca.
Libri di Luca es, aparentemente una simple y pequeña librería del centro de Copenhague. Pero su interior alberga, además de cuidadas joyas literarias, la sede de la Sociedad Bibliófila, compuesta por “lectores” y “receptores”, personas capaces de influir en los sentimientos y en los pensamientos de otros a través de la lectura. “Todos los amantes de los libros saben del poder de la palabra escrita, pero no se imaginan hasta dónde puede llegar”.
Luca Campelli es, además del propietario de la librería, uno de los miembros más destacados de la sociedad. Tras su muerte en extrañas circunstancias, será su hijo Jon, prometedor abogado, el encargado de continuar al frente del negocio. Gracias a esto, y a una serie de violentos sucesos, descubrirá sus capacidades como Lector, como miembro de la Sociedad, investigará la muerte de su padre e intentará mantener a salvo la librería enfrentando los ataques provocados por algunos miembros “excluidos” del grupo desde hace años. Para ello pondrá en peligro su propia vida.
Se trata de una historia fresca, ágil, que atrapa desde el principio, rodeada de personajes entrañables, excéntricos, peculiares, de referencias a obras literarias de todos los tiempos, a la dislexia: “¿Una disléxica como dependiente en una librería?” (quizá me haya gustado más el libro por este guiño a los sufridores de los elementos en desorden entre los que me encuentro… y sí, podemos trabajar en una librería aunque a veces cambiemos el orden de las cosas)…
Une de forma liviana una trama policíaca, tan de moda en los países nórdicos, con profundas reflexiones sobre la literatura y los libros. Parece como si el autor quisiera no seguir la línea marcada de Mankell o Larsson, e imprimir al género un toque original y quizá no tan superficial. Una vuelta de tuerca más, a mi entender muy acertada…
Y, por último, no puedo terminar sin reconocer que leyendo este libro, adentrándome en Libri di Luca, he paseado por Oporto, hasta la Librería Lello e Irmao, que una buena amiga y compañera me recomendó hace tiempo, con su escalinata, sus estantes llenos de libros, su ambiente, su decoración… y a la que seguro tengo una visita pendiente en algún momento.
Muy recomendable
Virginia
No he podido evitar sentirme identificada... desde luego es una de las librerías más bonitas del mundo y creo que nadie debería pasar de largo en su visita a Oporto por este sitio mágico.
ResponderEliminarNoelia
Nada pues cuando querais organizamos una excursion para ir a ver la libreria.
ResponderEliminarEVA
yo me apuntoooooo. A leer el libro y a irnos de excursión :)
ResponderEliminarOs