Mejor Manolo, Elvira Lindo, Seix Barral, 2012
Que diez años
después, ambos estrenando década, nos hayamos encontrado de nuevo es un lujazo
y una sorpresa. Porque tenemos un pasado común: yo le estoy viendo crecer y él
me ha alegrado muchos momentos pre y post adolescentes, con los libros que
escribe sobre él la autora o en la
radio cantando como nadie La Campanera con fernandodelgado fernandodelgado. Soy muy
fan. Y punto.
Y contenta tenía la
autora a la Cata …
Se fue a Nueva York y se olvidó de todo y de todos. Pero ahora ha vuelto y nos
ha recuperado al mejor Manolito, que ya tiene 12 y prefiere que le
llamemos Manolo, porque le da así como más empaque, ya sabéis, caprichos de la
pubertad.
Manolo, sigue
siendo esa mente preclara, ese visionario que ya quisieran para sí muchas
tertulias televisivas. Que lo mismo te habla de que cree que su madre le sisa
los ahorros de la cuenta de Bankia para hacerse empresaria, como se hace el
hermano mayor y toma el mando o avisa, con gran criterio, de que él es un niño moderno para el que su reloj Casio con calculadora es insuficiente, y lucha por
un móvil de última generación con el que impresionar a Susana Bragas Sucias (la
única niña en el mundo que se las mancha jugando aunque lleve pantalón…
misterios de Carabanchel) y a Yihad, el chulito de la pandilla.
Manolo ha cambiado,
ha crecido y tiene responsabilidades. Ahora, además de El Imbécil, está La Chirli , esa niña que vino
tarde y mal a convertirse en su hermana cuando nadie la esperaba. Como primogénito
gordito y torpón ha tenido que ver, para su desgracia, cómo todos se
desentendían de él, porque El Imbécil está cerca de convertirse en el nuevo
Steve Jobs (aunque aún no ya llegado mas allá del parque del Ahorcado algún día
deberá visitarle en Sillicon Valley); La Chirli es cantarina y bailona y acabará siendo
una estrella de Hollywood; y él… él ha pasado de compartir galería de aluminio
visto con el abuelo a ocupar la cama de abajo de la litera nueva, sólo eso.
Pero es conformista y está resignado, oye cada uno evoluciona como puede…
Con los años no ha
perdido un ápice de esa gracia natural que le acompaña y que compensa sus
defectillos. Ha modificado su lenguaje para adaptarse a
los tiempos (es un modernito molón) , mantiene sus inseguridades en la pandilla, lucha contra una novia
que le ha caído por descarte y repite frases hechas porque es lo que todo el
mundo hace para dar autoridad a sus reflexiones.
Elvira Lindo es
grande y hace grandes a sus personajes. De la mano de su inseparable Manolo
vuelve para alegrarnos el frío con una entrega de humor, ironía, picaresca e
ingenuidad infantil que no decepciona. Leer a Manolito con 30 años me devuelve
a grandes épocas pasadas y alivia mis viajes de autobús ahogando carcajadas.
Genial.
Imprescindible.
Virginia
P.D. Me quedo con
el momento “apretón de bufanda hasta que se te salen los mocos” que todos los hijos hemos vivido a manos de nuestras amantísimas mamás