Vidas al límite, Juan José Millás, Seix Barral, 2012
Creo que ya os dije que con Millás mantengo una relación extraña. Me cae mal cuando se hace el novelista interesante (no leáis Lo que sé de los hombrecillos) pero es genial en su papel de periodista y yo le sigo allá donde vaya.
En su último libro ha reunido diecinueve reportajes periodísticos de esos que nos alegran los dominicales desde hace unos años. Su profesión de reportero dicharachero le ofrece el privilegio de acercarse a historias y personas (personajes también) sobre los que hay algo que contar. Y para ello hace "sombras" o, lo que viene a ser lo mismo, se pega a los cuartos traseros del "elegido" y le sigue durante días en busca de la chicha necesaria para escribir un buen artículo.
Son, evidentemente, historias cortas que te permiten engancharte y entrar de bruces en el tema sin llegar al tedio, para acabar dejándote con las ganas de más. Creo que Juanjo tiene maestría en el control de la intensidad del relato cuando su espacio es limitado. Pasa jornadas con Maragall y sus túneles del tiempo, con un gran oncólogo, con una prostituta del Raval, una forense, con las víctimas-verdugos de Sierra Leona, con la violencia de Cachemira...
Es mordaz, irónico, dubitativo e inseguro, nervioso... pero sabe dónde tiene que estar, y si se equivoca ya se encarga la historia de reconducirle. Transmite a la perfección las sensaciones que vive, y expresa la fe, el miedo o la admiración con absoluta convicción. Así es muy fácil ganarse cómplices.
Me ha encantado leer (o releer en algún caso) sus 21 días con... y lo recomiendo sin peros, aunque el prólogo filosofal de Ángel Gabilondo no sólo sobra sino que estorba. "Zapatero a tus zapatos" (perdón).
Hala, ya lo he dicho.
Juanjo genial, como casi siempre
Virginia
P.D. Qué pena que esté calculado que si se cierran los accesos a Manhattan se quedarían si Coca-Cola en 72 horas y que pocos sepamos que a los niños de Sierra Leona les abren el cuero cabelludo para meterles coca en busca de un efecto más invasivo... De eso habla Millás.
viernes, 26 de octubre de 2012
lunes, 15 de octubre de 2012
El Invierno del Mundo
El Invierno del Mundo.
Ken Follet
Plaza&Janés 2012
No me he perdido, es que he estado “Bailando con dragones”,
del que no voy a decir nada más que estoy deseando la sexta entrega. Cuando
quiera Sr. Martin. Ahí lo dejo.
Acabo de terminar El
Invierno del Mundo y me quedo con las ganas de más. Bravo de nuevo. A aquéllos
que les guste la novela histórica no se lo pueden perder y los que busquen
historias humanas dentro de la
Historia tampoco. Vale que el volumen del libro echa para
atrás, pero todo es ponerse y dejarse llevar por Follet que es un gran maestro
de ceremonias.
En esta nueva entrega de la Trilogía The Century los
protagonistas son los hijos de aquellas familias a las que acompañamos en las
primeras décadas del Siglo XX. Ellos que lucharon para que sus hijos no
viviesen el horror de la Primera Gran
Guerra se ven inmersos en una Posguerra convulsa que desemboca en una Guerra
peor.
Las causas y consecuencias las sabemos todos, y aún así
persistimos en los mismos errores. Grandes tasas de paro, la población
empobrecida… ( sirva como reflexión).
No os voy a contar la vida de los personajes, puesto que
creo que no es lo importante, sino sus vivencias en un entorno histórico en el que éllos no
deciden, sino que deciden para ellos.
En España, por ser lo que más conozco tengo que dar un tirón
de orejas a Follet, no me ha gustado el enfoque puramente internacional. No sé
si realmente desde fuera se vio como un experimento, pero la gente que aquí
luchó y murió lo hizo porque creía que de esa forma iba a cambiar la vida de
sus hijos y sus nietos. Eso sirve para los dos bandos.
Me gustaría resaltar dos frases que me han impactado, porque
creo que resumen perfectamente la
Historia del S XX.
La primera es la reflexión que hace el protagonista
norteamericano después de descubrir la bomba atómica: “Y el mundo sigue aquí”, pensó Greg. Pero había cambiado para siempre.
Y el final es la reflexión de protagonista alemana
analizando la actitud de su hermano.
Eric era una de esas
personas ineptas a las que asusta tanto la vida que prefieran vivir subyugados
por una autoridad de hierro y que un gobierno que no admite discusión les diga
qué tienen que hacer y pensar. Eran idiotas y peligrosos, pero había muchos
como él.
Grande verdad?
Un saludo
miércoles, 10 de octubre de 2012
Medusa
Ricardo Menéndez Salmón, Seix Barral, 2012.
Vaya por delante: Menéndez
Salmón me parece un gran escritor. Admiro su dominio del lenguaje,
su capacidad para plasmar la trascendencia, sus reflexiones sobre la
estética, el bien y el mal y la estética del bien y del mal. A la vez, me exige una
concentración que no siempre soy capaz de entregarle. Ya me fascinó
con La luz es más antigua que el amor, donde nos llevaba de
la mano por el mundo del arte; aquí nos habla de Prohaska, un
artista que retrata los momentos más duros del siglo XX, donde la
crueldad y el horror parecen no tener fin. ¿Hay justificación para
el ojo que contempla el mal? ¿Ser espectador impasible le convierte
en cómplice, o plasmar lo ocurrido es una forma de denuncia? ¿Es
posible reflejar la realidad sin posicionarse?
Cuando leo sus textos todo
me parece digno de ser subrayado, y a menudo me gusta rumiarle
despacio, buscando en el diccionario los muchos términos que utiliza
que no sabría definir; sus frases piden ser releídas hasta que su
peso cala como merece. Sin embargo, me produce sufrimiento el dolor
que plasma, y me pregunto si es necesario, qué aporta leer estas
líneas.
Porque de esta excursión
a los rincones y oscuridades de un hombre sólo me ha quedado una
evidencia: que el daño, el dolor y la culpa son los únicos
absolutos que existen. Y que nada en esta vida mensurable y llena de
registros, aunque al tiempo sorda a nuestros deseos, puede disipar el
misterio y la negrura primordial en que transcurrimos.
viernes, 5 de octubre de 2012
Las leyes de la frontera
Las leyes de la frontera, Javier Cercas, Mondadori 2012
La primera parte
de este libro ya la tenemos vista y muy vista, es la historia del vaquilla, el
torete, de perras callejeras… de toda la filmografía de José Antonio de la
Loma, esas películas que algunos vimos algún sábado por la tarde que reflejaban
míticos delincuentes que lograban el estrellato por su mala fama. Criados en
barrios marginales que acaban irrevocablemente metidos en drogas, robos y
cárceles. La gran mayoría murió o malvivió en prisiones o en la calle con una
jeringuilla en el brazo y pocos se convirtieron en leyenda.
El protagonista del libro es uno de ellos: el Zarco, el jefe
de la banda junto a la típica “chica del prota” la Tere y el niñobien que por
circunstancias de la vida se acaba involucrando en el grupo para conseguir a la
chica forman la basca (según
denominación de Cercas) de Las leyes de
la frontera.
Narrado como
entrevistas a los protagonistas años después, el libro gana en calidad cuando
nos cuenta lo que nunca descubrimos en esas películas de los 80: el después. Lo
que pasó 20 años después de aquellos tiempos de carreras delante de la policía.
Ahí es donde la lectura te engancha de verdad y te hace pasar páginas haciendo que te hagas la mejor pregunta que
puede regalar un escritor a un lector: ¿Y ahora que pasará?
Muy previsible y anodino en la primera parte recomiendo el
libro por su atracción a partir de ese salto de 20 años. Me ha gustado.
Lo Mejor: No me suelo comer los libros y liquidarlos en
pocos días, los distancio, meto otras historias entre medias. Este lo he leído
de un tirón.
Lo Peor: La previsible (pero necesaria) primera parte.
jueves, 4 de octubre de 2012
Confesiones de una editora poco mentirosa
Maldita la hora de
las alabanzas, que diría mi abuela, pero sí, desde que hace unas semanas
falleciera Esther Tusquets me ha entrado curiosidad por acercarme a ella como
editora y comprobar si de verdad tenía tan mal carácter.
En esta especie de
memorias que (repite varias veces) nunca quiso escribir, habla de la España acartonada de los
años 50, de la herencia envenenada que supone encontrarte al frente de una
editorial, de amigos y enemigos trabajados durante años y de su salida
precipitada, y casi por la puerta de atrás, cuando Lumen era mucho más que una
pequeña empresa familiar.
Es interesante
conocer la visión del libro desde que es sólo un manuscrito, la suerte de
sentir que aquel texto será un pelotazo, la relación con grandes autores (a
veces también grandes personas), compañeros, aventuras y locuras más allá de
los márgenes de ventas o el marketing que rigen hoy el sector.
Capítulos y
menciones dedicados a Mafalda, Umberto Eco, Cela, Delibes, Vergés (Editorial
Destino), Jorge Herralde (Anagrama), Carlos Barral (Seix Barral), Vargas Llosa
o la gran Carmen Ballcells, su hermano Óscar, Beatriz de Moura, su hija Milena…
Muy interesante
para la gente del libro y alrededores y para lectores que quieran conocer algo
más de este mundo de locos.
Genial
Vir
P.D. No perdió
Lumen en una mala timba, al menos eso dice, ¡peliculeros!
lunes, 1 de octubre de 2012
Los puentes de Madison County
Lectura de vacaciones y II, libros que nunca pensé que me leería.
Uno de esos
libros que siempre andan por casa y que nunca te has puesto a leer ni recuerdas
de dónde ha salido, siempre ha estado allí. Y después de volver a ver la genial
película protagonizada por Clint Eastwood y Meryl Streep (todos en pie al pronunciar su nombre); me acordé de él y lo
recuperé.
Hace justicia a la película y más.
Para los que no
la hayáis visto, o leído el libro, ésta es la historia de unos cuernos como catedrales de grandes... Dicho
así parece un poco bestia. Pero así es; sólo que también es la historia de las
oportunidades perdidas, del qué hubiera pasado sí…., del apego a un marido que
se ha convertido en acompañante y a unos hijos que no te hablan. Es la historia
de cuatro días llenos de pasión, ilusiones y esperanzas, cuatro días que
cambiarán toda tu vida y se convertirán en un recuerdo maravilloso y a la vez
muy doloroso.
Cuando muere la
protagonista (tranquilidad que es nada más empezar el libro) sus dos hijos
vuelven a la casa de sus padres y
encuentran en un sobre una carta de su madre y una llave. En la carta les
cuenta su mayor secreto: esos cuatro días en los que un hombre pasó por su vida
para hacerla sentir lo que nunca antes, ni después, ha sentido, y una llave que
abre un baúl donde su madre les lega sus recuerdos y les intenta explicar como
sucedió todo.
La novela está
escrita de tal forma que esos diálogos entre Robert y Francesca consiguen que
estés ahí, a su lado, observándoles y compartiendo sus miedos y sus pasiones.
Pocas veces se consigue esas sensaciones con dos personajes hablando durante
decenas de páginas.
Aquí el autor logra
que no resulte pesado sino apasionante.
“No quiero
necesitarte, porque no puedo tenerte.”
Lo Mejor: parar la lectura de vez en cuando, paladeando los
diálogos que rezuman tristeza y pasión
al mismo tiempo.
Lo Peor: Haber olvidado una gran historia en un rincón
durante años, mea culpa. Ya he redimido mi pecado, ojalá lo hubiera hecho
antes.
See you soon
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