jueves, 24 de noviembre de 2011

Blanco nocturno


Blanco nocturno, Ricardo Piglia, Anagrama, 2010
Ricardo Piglia, consolidado autor argentino, ha sido galardonado recientemente con el Premio de la Crítica de narrativa Castellana 2010, el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2010 y el Premio Dashiell Hammet 2011 (otorgado por el entorno de la Semana Negra de Gijón).
Blanco nocturno es su última novela, y ésta es la sinopsis que eligió la editorial:
“Tony Durán, nacido en Puerto Rico, educado como un norteamericano en Nueva Jersey, fue asesinado a co­mienzos de los años setenta en un pueblo de la provin­cia de Buenos Aires. Había llegado siguiendo a las bellas hermanas Belladona, las gemelas Ada y Sofía. Las cono­ció en Atlantic City, y urdieron un feliz trío hasta que una de ellas, Sofía, desertó del juego. Y Tony Durán continuó con Ada, y la siguió a la Argentina, donde en­contró su muerte. A partir del crimen, esta novela poli­cíaca muta y se transforma en un relato que se anuda en arqueologías familiares, que combina la veloz novela de género y la espléndida construcción literaria. El cen­tro luminoso del libro es Luca Belladona, constructor de una fábrica fantasmal que persigue con obstinación un proyecto demencial. La aparición de Emilio Renzi, el tra­dicional personaje de Piglia, le da a la historia una con­clusión irónica y conmovedora. Ricardo Piglia se confir­ma, incontestablemente, como uno de los escritores mayores en lengua española de nuestro tiempo.”
Con todos estos ingredientes me entró curiosidad. Es una novela policíaca que acaba convirtiéndose en un relato costumbrista. A ratos he sentido estar frente a la tele viendo Tierra de Lobos, no me preguntéis porqué…El crimen se resuelve relativamente pronto, y a partir de ahí Piglia se recrea en las rencillas familiares, las tradiciones, las jerarquías y el estricto orden social del campo.
El relato, a medio camino entre la narración y la crónica periodística, crece cuando Emilio Renzi (alter ego del propio autor) aparece en el pueblo, dispuesto a reportar a Buenos Aires todos los datos del asesinato de Tony. Y Piglia introduce dos planos narrativos bien diferenciados y a los que a veces les sobra divagación. Quizá le sobren unas cuantas páginas.
No sé, no sé…
Lo mejor: el dibujo de la página 142
Lo peor: Saber qué paso con el muerto en la mitad del libro deja sin aliciente el resto
Virginia



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