miércoles, 24 de marzo de 2010

LOS OJOS AMARILLOS DE LOS COCODRILOS


Katherine Pancol, La Esfera de los Libros, 2010, 551 pág.

Tengo que reconocer que si me decidí a leer esta novela fue por pura curiosidad: ¿la tercera edición en apenas una semana? ¿Con ese título tan raro? ¿Cocodrilos en París? Pues sí, una combinación un poco extraña pero que desde luego está dando buenos resultados.

La autora, Katherine Pancol, no sé si viendo el éxito de su vecina Barbery, ha creado una novela también ambientada en el París actual, con unos personajes que no pueden ser más realistas. Toda la historia gira en torno a dos hermanas y sus respectivas familias: Josephine e Iris. La primera, gracias a que su matrimonio ha fracasado, comienza a darse cuenta de lo que vale por sí misma y de lo que es capaz de hacer y es este cambio en su vida, lo que mueve la acción de la novela.
Iris sin embargo, encarna a una “mantenida” rica, aburrida mortalmente, que busca el éxito y el reconocimiento social, le pese a quién le pese, incluida su querida hermana.

Esta combinación de mujeres, unidas a sus hijos, maridos, amantes... da como resultado un auténtico culebrón, del que no podemos alejarnos. Tiene bastantes similitudes con aquellas novelas de folletín, pues aunque utiliza argumentos y esquemas narrativos muy simples, introduce en pequeñas dosis elementos misteriosos al final de cada episodio, que desde luego, consiguen enganchar al lector.

Es un retrato de la sociedad actual privada de valores en muchos casos, pues casi todos los personajes no piensan más que en sí mismos. Le sobran un par de comentarios bastante gráficos al principio de la obra, que aunque no nos vamos a escandalizar, desde luego están de más.

En cualquier caso, aunque no es gran literatura, engancha así que tendremos que continuar con La valse lente des tortues, y si ha merecido la pena, con el tercero que va a ser algo sobre las ardillas, pero que todavía no ha desvelado la autora.

Noelia

1 comentario:

  1. Yo sigo en ello, ya te contaré.... Gracias por no destripar el final jajaja.
    Vir

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