Helen Garner, Salamandra, 2010.
Helen acoge en su casa a su amiga Nicola, que necesita hacerse un tratamiento en una clínica en esa ciudad. Nicola tiene un cáncer más avanzado de lo que Helen creía y requerirá atención y cuidados constantes. Nicola tiene fe en los tratamientos alternativos a los que se somete, pero Helen piensa que la están engañando y sufre al ver los dolores que Nicola padece...
Las dos amigas convivirán varias semanas, y Helen nos cuenta su visión de ese tiempo, el valor y la esperanza de esa amiga a la que tanto admira y a la que tanto quiere, y a la vez, el sacrificio que exige, la dedicación completa, el desgaste y la ira que provocan su actitud.
Una narración emotiva sin caer en cursilerías, con un estilo sencillo y directo que nos conquista desde el principio, con esa descripción magistral del cuarto de invitados que da título a la obra y que Helen arregla para su visita. Un fresco emocionante sobre la amistad, el camino hacia la vejez, la posibilidad real de la muerte, y con ellas, un interesante análisis de la paciencia, el sacrificio y el dolor, el egoísmo, la entrega y la esperanza, sobre sus límites, sobre lo que podemos exigir u ofrecer a los que nos rodean.
Merece la pena.
Iris.
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