martes, 14 de marzo de 2017

La inutilidad

Eduardo Lalo, Ediciones Corregidor, 2014.

Abre con esta cita de Imre Kertész: “La inutilidad de la lucidez” y esta frase será clave para entender tanto el título como el desarrollo del texto.

El narrador y protagonista es un portorriqueño que vive en París junto con su novia Marie, con la que tiene una relación tormentosa y desde las primeras páginas sabremos de su ruptura. Extremadamente solo en un país del que apenas conoce el idioma, y marcado por la penuria económica, se dedica a pasear por la ciudad como forma de reflexionar y dejar pasar los días. Con el tiempo llegan las lecturas apasionantes, tabla de salvación, y nuevas amistades; los mentores, aquellos que le apoyan en su carrera universitaria y le animan a escribir. Pero en París no acaba de encontrarse y tras una profunda decepción decide regresar a San Juan.
Si la primera parte puede analizarse como de formación, con relaciones que marcarán su rumbo, en la segunda, en la isla natal, los papeles se invierten: él es el adulto, el asentado, pinta, escribe y da clases en la universidad, y conocerá, por un lado, a Alejandro, alumno brillante y torturado, y a Esteves, intelectual acabado, en pleno declive. Ambos encarnan la limitación de la isla, que es también la de nuestro narrador: “una sociedad en la que la ignorancia y la pequeñez lo liquidaban todo”. “Aquí estaba el escritor cuya vida era la prueba de la inutilidad. Quedaban sus contadas publicaciones inencontrables, el talento considerable y frágil echado a perder en bares y noches insomnes, la soledad larga, el rencor inútil, la indiferencia fingida”.
La obra gira en torno a la necesidad de interlocución y a la frustración de no encontrarla, a la necesidad de crear enfrentada a la ausencia de auditorio. “No sé de qué estás hablando” “No importa. Es normal que no se entienda, este es precisamente el problema, el destino, la realidad”.

Me gusta cómo escribe Lalo. Evoluciona y en Simone tiene una prosa más limpia, más certera, pero ya aquí encontramos los cimientos. Os la recomiendo.

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