La tierra de las mujeres,
Sandra Barneda, Suma de Letras, 2014
La
nueva novela de Sandra Barneda llega para continuar la tetralogía en torno a
los cuatro elementos clásicos griegos (Aire, Tierra, Agua y Fuego) que comenzó
con Reír al viento.
Gala
Malborough viaja con sus dos hijas, Kate y Adele, a un pequeño pueblo del
Ampurdán para cobrar la misteriosa herencia de la desconocida tía abuela Amelia
y volver, después, para seguir con sus impostadas vidas en Nueva York. Esta
decisión desencadenará todo un conjunto de pequeñas casualidades que
descubrirán mentiras, secretos familiares, dolor… Nada volverá a ser lo mismo
después de pisar aquel lugar perdido del mundo y sin cobertura.
Sin
duda gran parte del peso de la novela recae en el dibujo de los personajes,
bien diferenciados y pulidos en su caracterización. El ausente Román, la
desaparecida Amelia Xatart, Gala y sus hijas, el pluscuamperfecto, Julianne,
las abuelas de La Muga, Amat, Marc, Joana… Todo un entramado en el que unos se complementan a otros como
acompañantes, descubridores, amantes, amigos… Las ocho abuelas, y sus apodos,
forman un círculo mágico que representa todo un abanico de personalidades y
roles que ayuda a estabilizar su unión, que en comunión con la tierra es fuente
de sabiduría y experiencia.
Es
una novela llena de reflexiones sobre el ciclo de la vida, la vuelta a los
orígenes, la herencia que nuestros antepasados imprimen a nuestro carácter, la
conexión mística con la tierra que pisaron y que quizá el destino nos permita
conocer a los siguientes… (y aquí… lean el poema de Ángel González al
respecto).
Lo
definiría como un libro tierno con toques espirituales, un cuento mágico
salpicado de pensamientos en voz alta, una defensa cerrada del feminismo y su
energía como sostén de la tierra y los pueblos.
A
veces necesitamos un golpe de realidad, un cambio de rumbo para dejarnos ir en
un viaje sanador al encuentro del amor (en cualquiera de sus formas), que sin
duda es el motor del alma. Viajes que cambian tu vida, o al menos, remueven los
cimientos de la aparente estabilidad rutinaria y que te levantan los pies del
suelo para ponerte frente a la felicidad por arriesgado que parezca y aunque
atenacen el miedo y las dudas.
Un
libro lleno de frases que subrayar y sobre las que reflexionar. Un libro, como
dirían Amelia o Nalda, “que necessites temps per a pair-lo, entendre´l i
sentir-lo”.
No
os dejéis llevar por los prejuicios y leed a Sandra Barneda, pasaréis muy
buenos ratos y quizá os replanteéis salir en busca del amor allá donde esté.
Yo
mientras espero al Agua.
Muy
recomendable
Vir