El
francotirador paciente, Arturo
Pérez-Reverte, Alfaguara, 2013
La nueva novela de Pérez-Reverte llegó
a las librerías para Navidad, como el turrón. Es caballo ganador, lo sabe él,
la editorial y quienes le leemos, pero eso no significa que acierte siempre.
La trama se centra en Sniper, un
grafitero escurridizo y misterioso que a lo largo de varios años dedicándose a
marcar las paredes de medio Madrid se ha granjeado fama y leyenda a partes
iguales. Siempre alerta, alejado de la legalidad, sin intención de dar la cara,
ni “oficializarse” y dejar de ser un “pintaparedes” para convertirse en
artista, Sniper es el objetivo perfecto para los buscadores de pelotazos
culturales.
Será Lex, Alejandra Varela, una
experta en arte urbano, la encargada de
tratar de encontrarle y ponerle en los morros una suculenta oferta de una
editorial que le ofrece dinero, reconocimiento y protección sin miramientos.
(Si se me permite ella es la verdadera protagonista del libro, sobre la que
recae el peso y la que dirige la trama).
Y ahora es cuando dejáis de tenerle
ganas porque el tema no os interesa nada. Ni a mí, ya lo sé, pero os prometo
que engancha y consigue atraparte no con ansia pero al menos con curiosidad.
No voy a venir yo a descubrir el buen
hacer del autor; su impecable uso del lenguaje; la sucesión de entrevistas del
prota con personajes secundarios con la que construye el argumento; el trabajo
de documentación... bla bla bla
Hasta aquí la pomada.
Porque si hay sacar un libro en una
fecha se saca, si te comprometes con la editorial te comprometes, pero al menos
remata la historia, ¿no? No dejes personajes colgados, no des un giro final que
lo resuelve todo así como con prisa (aunque sea explosivo) y no tendrás que
leer que tu última obra flojea y que supone un tropiezo en tu trayectoria.
Vamos, digo yo. Porque eso es lo que me parece, que la historia no queda
redonda, y mira que íbamos bien.
¿No será que la crítica directa al
sector cultural, el manotazo a una sociedad vacía de ideales y vendida al
dinero nos suena de cerca don Arturo? Ya nos lo decían en el cole... no es que
esté mal, pero yo sé que tú lo puedes hacer mejor, así que te pongo un aprobado
raspadillo para que a la próxima te esfuerces más, aunque tardes.
Leedlo y comentamos, que 300 páginas
se las ventila uno en una tarde tonta.
Virginia
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