Siempre tuyo, Daniel Glattauer, Alfaguara, 2012
Lectores y
románticos en general, por fin tenemos entre manos la última novela del
austríaco Glattauer. Tras el importante éxito conseguido con Contra el viento del norte y Cada siete olas, Alfaguara ha apostado
de nuevo por él (el lanzamiento fue simultáneo en varios países), ofreciéndonos
las inconfundibles portadas azules de mujeres solitarias le que caracterizan.
Pero no os
engañéis. Ésta es una de las pocas coincidencias que encontraréis con los
libros anteriores. No es una novela de mails, no deja el final abierto, ni todo
es tan bonito como parece. Quien ya haya empezado a leerla quizá aún no esté de
acuerdo conmigo, pero dejad que avancen las páginas…
Judith y Hannes
coinciden por primera vez en sus vidas en la sección de quesos de un
supermercado. Pero nada de un bonito encontronazo. No. Un pisotón en toda regla
será el curioso primer incidente entre ambos. A partir de este encuentro
fortuito comenzará la que podría ser una
dulzona historia de amor (decidme a mi cuántos de vosotros pisáis a una chica
con el carro de la compra y cae rendida a vuestros pies...). Ella, 36 años,
propietaria de una tienda de lámparas, con varios fracasos amorosos a las
espaldas y harta de dar explicaciones a su madre. Él, 42, arquitecto de
farmacias, el hombre perfecto, el yerno ideal. ¡Ja!. Un café, una cena
romántica, una noche de amor…Muchas veces la combinación de
destino-amistad-amor funciona bien. Pero cuando el destino es una mala
casualidad, la amistad pasa a ser amor y el amor se convierte en posesión
aquello no puede funcionar.
Glattauer ha vuelto
a escribir sobre el amor, pero ésta no es una novela romántica. Si estáis
esperando una continuación de lo anterior no empecéis a leer. Lo que parece una
comedia acaba convirtiéndose en un thriller. Aquí se habla de acoso, de
violencia psicológica, de posesión, de ansiolíticos, y del malestar que provoca
una relación en la que sientes que te ahogas. De hecho la idea de la narración
está tomada de los casos que cubrió como reportero de sucesos. Quiere dejar
claro que amar significa hacer feliz a otra persona, si no es así…
Si algo destaca en
el estilo de Glattauer son sus diálogos, la rapidez que imprime a la narración,
los capítulos cortos que no invitan a perderse en disquisiciones interminables.
Y el humor, porque aunque la cosa se ponga fea, la ironía es uno de sus puntos
fuertes. Por eso a mí me gusta.
El amor no siempre
es como en las películas, y si alguna vez vivís escenas que ya habéis visto
antes, como mínimo temblad. No hay nada ni nadie perfecto, afortunadamente.
Glattauer es
siempre muy recomendable
Lo mejor: El “no me
quieras tanto y quiéreme mejor”
Lo peor: Son libros
que se leen tan rápido…
Virginia
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