Ignacio Martínez de Pisón, Seix Barral.
2014.
Samuel Cano vive con su mujer Mercedes y sus hijas Miriam y
Sara en Melilla en los años 50. Es un importante miembro de la comunidad judía
gracias a las relaciones establecidas por su actividad comercial. Las niñas
crecen y la vida de la familia evoluciona; se mudan a la península, las hijas
se casan, nacen y crecen sus hijos… Junto con el retrato de la familia, asistimos
también a los cambios que va viviendo la sociedad española. Ambientada entre
Melilla y Zaragoza, con episodios en Málaga, los nietos se verán forzados a
enraizar con el pasado de sus abuelos, cerrando un círculo donde uno se
pregunta en qué consisten las herencias y cuánto de lo que somos nos viene de
los nuestros.
Estructurada en cinco partes, cada una con el nombre de un
personaje, asistimos a su evolución, su grandeza y progresiva decadencia, el
deterioro de las relaciones entre ellos, la evolución de sus raíces… La buena
reputación refleja magníficamente la complejidad con la que se entretejen los
lazos familiares, que intercalan ternura y mezquindad, nostalgia y desapego,
sabiduría y culpa. Construye un retrato íntimo de la personalidad con el que es
muy fácil empatizar, y vemos cómo los personajes se van quedando solos, cómo
bregan con una rutina que no les gusta, incapaces de cambiarla.
Es una de esas novelas que deja huella, cuyos personajes nos
acompañarán tiempo. Y es un regalo con el que quedar bien y acertar con
seguridad.
Y como García Montero lo cuenta mucho mejor que yo, aquí os
dejo la reseña que publicó en Infolibre: http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2014/08/17/la_buena_reputacion_20654_1023.html